Páginas

sábado, 7 de mayo de 2011

Bonsai. el arte japonés

ARTE Y JARDINERÍA Diseño de Jardines

El arte japonés de realizar un Bonsai






Crear un bonsai es un arte milenario. Las técnicas adecuadas para llevar a cabo la correcta transformación de una rama en un árbol en miniatura fueron desarrolladas por los japoneses. No se trata de métodos excesivamente complejos, pero es necesario tener un mínimo conocimiento de los mismos para poder realizar esta reconfortante tarea.

Existen diferentes estilos para llevar a cabo la creación de un bonsái. Sus normas y características dependen del tipo de base que se emplee a la hora de formar un árbol en miniatura. De este modo, los bonsáis se pueden obtener a partir de una semilla, un esqueje, un injerto, un acodo, una planta silvestre o una procedente de un vivero. Según el sistema seleccionado, los pasos a seguir serán más o menos complicados.

Misho: bonsái con semilla

 

Para crear un bonsái a partir de una semilla, se ha de comenzar por elegir la especie que se desea cultivar y por plantar ésta en una maceta. Cuando la planta comience a crecer se inicia su formación de acuerdo con el estilo que se quiera conseguir. Hay determinadas especies que resulta más adecuado propagar mediante este sistema para garantizar su supervivencia. Éste es el caso de pinos, abetos o robles.

El Misho es una técnica apropiada para el perfeccionista, puesto que la planta comienza a modelarse desde el principio, evitándose así cualquier fallo. Es imprescindible saber con seguridad que las semillas que se van a usar son de la última cosecha. En caso contrario, pueden haber perdido su capacidad de germinar.

Antes de introducir la semilla de una conífera en la tierra, conviene dejarla en remojo24 horas. Las que queden suspendidas en la superficie del agua, se desecharán. Hay otras que deben ser rotas o rayadas a causa de su dureza. Este es el caso de los granos de acacia, robinia, cytisius o laburnum. También hay algunas que requieren de la estratificación, es decir, exposición a bajas temperaturas. Para ello, se tienen que poner en agua fría de 12 a 14 horas, se escurren, se mezclan con serrín y turba y se guardan a temperaturas entre los 2 y los 7º durante unos dos meses.

Una vez se hayan preparado las semillas, se procederá con la siembra de las mismas. No hay que olvidar que la capa inferior depositada sobre la maceta, ha de ser de gravilla o tierra volcánica para evitar errores en el drenaje. La temperatura ideal de germinación oscila entre los 20 y los 25º. Cuando las plantas hayan crecido, se trasplantan a tiestos independientes. Tras esto, permanecerán durante dos años en macetas normales. El tercer año, ya es posible plantarlas en recipientes especiales para bonsáis y comenzar su formación.

Sashiki: bonsái con esqueje

 

Se trata de una técnica muy utilizada, ya que la mayor parte de los futuros bonsáis se reproducen así con facilidad. Es recomendable hacer uso de los esquejes de tallo para cultivar azaleas, enebros, arces, amarindos, camelias, etc.

Los esquejes de tallo se obtienen de los restos de la poda de la planta madre. Para su correcto desarrollo necesitan dos tipos de temperaturas. Una más cálida en la base para permitir la producción de raíces y una más fresca en la parte superior para limitar su crecimiento, no agotar sus reservas y evitar la pérdida de agua.

Hay cinco clases diferentes de esquejes que se clasifican según su madera y según la dureza de la misma. Según su madera los esquejes pueden ser de madera blanda y de madera verde. Los primeros, se corresponden con especies de hoja caduca y son los más rápidos en la generación de raíces. Por otro lado están los de madera verde, que se recortan a principios y a mediados de verano y necesitan un ambiente más controlado.
Dependiendo de la dureza de la madera, los hay de tres tipos. El primero de ellos es el de madera semidura, que es característico de las plantas de crecimiento lento. El segundo, el de madera madura, que se recorta en invierno. Y, el último, el de madera dura, que no requiere regulación ambiental.

Si se pretende conseguir un buen enraizamiento conviene plantar el esqueje el mismo día de su poda y que su longitud sea de 7 a 12 cm. Además, es importante que en la parte superior del tallo queden 2 ó 3 hojas. La tierra usada ha de ser muy porosa. Se deben emplear hormonas de enraizamiento y evitar la luz directa o excesiva.
Cuando se hayan plantado los esquejes se deben regar periódicamente y rociar con fungicida cada 7 días. Pasados tres meses, se puede usar algún tipo de fertilizante. Una vez alcancen una altura d e20 cm, se trasplantan a macetas individuales.

Tsugiki: bonsái con injerto

 El injerto consiste en la mezcla de dos plantas de diferente especie para lograr que crezcan como una sola. Una de estas dos partes se convertirá en la zona aérea de la planta y recibirá el nombre de 'injerto'. Mientras que la otra, conformará la parte inferior y se denominará 'patrón'. Para que el injerto prospere, se emplearán plantas del mismo género. De este modo, se ha de seleccionar una planta con hojas pequeñas y crecimiento lento y otra con crecimiento rápido.


La mejor etapa del año para realizar esta operación es a principios de la primavera. Los dos mecanismos más empleados son el injerto inglés o de lengüeta y el injerto de costado.

El injerto inglés es apto para los esquejes de pequeño tamaño (de 0,5 a 1,5 cm). Los cortes que se realicen en el patrón deben ser idénticos a los del injerto. Se hace un corte de 3 a 6 cm y otro en sentido opuesto para permitir que encajen un injerto con otro. Se unen y se envuelven con rafia hasta que se hayan soldado.




Fuentes: facilisimo.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario