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lunes, 25 de julio de 2011

Abeto blanco (Abies Alba)

ARTE Y JARDINERÍA Diseño de Jardines

Abeto blanco y sus características




Características

El Abeto blanco (Abies Alba) es una Conífera de hoja perenne, con el tronco generalmente fuerte y recto, que pueden alcanzar 50 metros de altura. Copa piramidal, en los ejemplares jóvenes, bastante regular, más aplanada en los ejemplares viejos, a diferencia de las piceas.

Las ramas principales están dispuestas casi horizontalmente. En los ejemplares que crecen libremente, el tronco está ramificado desde la base. En la copa, las ramas se mantienen erguidas.

La corteza es lisa, gris oscura, adquiriendo con la edad grietas, a veces (particularmente en los ejemplares jóvenes) con vejigas resinosas. Ramitas jóvenes peludas, brotes algo brillantes. Conos pardorrojizos, ovalados, no resinosos.


Hojas aciculares bastantes cortas, como mucho de hasta 3 cm. de longitud, romas en la punta, flexibles, con dos líneas de color claro en la cara inferior, ubicadas de forma laxa sobre numerosos puntos, pero dispuestas en dos hileras, de color verde por la cara superior. Monoico.

Conos masculinos globulares, amarillentos, en las axilas de las hojas en el ápice de las ramas. Conos femeninos generalmente de unos 10 cm., raramente más largos, erguidos, cilíndricos, en un principio de color verde, más tarde pardonaranjados y cuando están maduros, pardo claro. Las escamas se despenden ya sobre el árbol, por lo que nunca se encuentran conos bajo los abetos.

Hábitat

Especie de importancia forestal, junto con bayas, pinos y píceas, formando a menudo extensiones a altitudes comprendidas entre los 400 y los 900 metros, sobre suelos frescos y de mediana profundidad.

Distribución

Especie típicamente forestal, propia de bosques de coníferas de Europa central principalmente, pero también se encuentra en Francia, Córcega y en los Balcanes.

Época de floración: abril y mayo.

Generalidades

El abeto blanco desde siempre se ha plantado en parques y jardines con menor frecuencia que otras especies del mismo género. Algunos ejemplares pueden alcanzar medidas sorprendentes y edades de doscientos o trescientos años. Vulgarmente, apenas se diferencian los abetos de las píceas, a pesar de que los representantes de los géneros difícilmente pueden confundirse entre ellos.

Los abetos son tan sensibles a los gases industriales y a la lluvia ácida como las píceas. Durante los últimos años se han producido importantes daños en los abetales naturales.







Fuente: Guía de Naturaleza Blume 
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