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lunes, 11 de julio de 2011

Arbustos y plantas trepadoras en el jardín

ARTE Y JARDINERÍA Diseño de Jardines

Como emplear las plantas trepadoras y los arbustos en el Diseño de Jardines




Los arbustos constituyen la columna vertebral en el diseño de una plantación, ofreciendo una rica gama de formas, colores y texturas con una diversidad de características ornamentales que incluyen el follaje, las flores y los frutos. Además pueden proporcionar un marco de contraste sustancial para las glorias más delicadas y efímeras de las plantas herbáceas o pueden ser utilizados para crear un punto de interés efectivo todo el año mediante la combinación de especies de hoja perenne y caduca.

Las trepadoras, asimismo, son casi infinitamente versátiles, tanto si crecen con soporte como si se les permite esparcirse graciosamente entre otras plantas. Resultan de valor incalculable como elementos de conexión en el jardín dado que pueden añadir altura, color, textura o líneas verticales u horizontales vigorosas a un esquema de plantación. Por otra parte son insuperables como medio para esconder o camuflar características poco atractivas del jardín. La mayoría de los edificios mejoran con el efecto suavizante de una trepadora que crece sobre ellos. Del mismo modo, las paredes y muros del jardín se convierten en elementos decorativos cuando están revestidos con plantas en flor.

Elección de arbustos y trepadoras

En el momento de seleccionar arbustos y trepadoras para el jardín, se deben considerar varios factores. Uno de los más importantes es que las plantas deben arraigar adecuadamente en las condiciones climáticas y de crecimiento de cada jardín. Otras consideraciones las constituyen la altura final, la envergadura y la velocidad de desarrollo. Estos factores son esenciales para el éxito de un diseño en jardinería, incluso para los de dimensiones reducidas, donde el espacio es muy valioso.

Una plantación excesiva no sólo es derrochadora, sino también cara, y las plantas apelotonadas raramente crecen convenientemente o alcanzan la belleza completa o el crecimiento por el que han sido seleccionadas originalmente. El vigor y el hábito tienen también su importancia: por ejemplo, Vinca major resulta excelente para cubrir el suelo pero requiere una elección cuidadosa de su localización si no se quiere aplastar  a las plantas menos vigorosas de alrededor.

Mientras que los arbustos y las trepadoras son insuperables como marco estructural de un diseño, están lejos de ser sólo puntos clave funcionales. También se eligen por la cantidad de calidades ornamentales que ofrecen las cuales mediante un planteamiento cuidadosos, proporcionan una larga sucesión de interés.

Lugar, aspecto y microclima

Uno de los factores principales para lograr un diseño satisfactorio lo constituye la selección de plantas que van a crecer en las condiciones particulares del jardín. Utilizar plantas que se adecuen al tipo de suelo es una consideración primaria.

Asimismo, la preferencia de una planta por el sol o la sombra debe tenerse en cuenta. Seleccione especies que se adapten a la variación de temperaturas y grado de abrigo correspondientes al jardín. Las plantas de resistencia limitada prosperan en el microclima proporcionado por un muro cálido y soleado o por un nicho protegido. La cercanía del mar tiene igualmente importancia. Los jardines litorales suelen ser más cálidos pero las plantas que germinan en estos sitios deben ser capaces de tolerar vientos cargados de sal.

Planteamiento para floraciones sucesivas

Por medio de un plan cuidadoso, los arbustos y las trepadoras ofrecen una continuidad de interés durante las estaciones. Existen una gran diversidad de arbustos y trepadoras que proporcionan fragancia, color y vitalidad en los meses calurosos. Algunos producen además frutos o bayas ornamentales o follaje de tonos vibrantes en otoño.

El planteamiento para los meses sombreados resulta más arriesgado, ya que los colores y las texturas de los follajes perennes son una valiosa contribución en el jardín. En invierno las plantas con ramificaciones interesantes, como el avellano Corylus avellana “Contorta” consiguen vistosidad, al igual que los arbustos con troncos coloreados, como Rubís biflorus o Cornus alba “Sibirica”, que proporcionan brillantes efectos cuando son iluminados por los rayos bajos del sol invernal. Garrya elliptica, una perennifolia de hojas oscuras, se encuentra es su mejor forma cuando en esta estación se carga de racimos de amentos grises. Las flores de invierno son especialmente bienvenidas cuando desprenden olor, como las flores de muchas especies del género Hamamelis, Sarcococca var. Humilis y Lonicera x purpusii. Las trepadoras que florecen en invierno, como Clematis cirrosa, también se valoran en gran medida, pero adicionalmente muestran una gran versatilidad cuando se mezclan con otros arbustos, sobre todo si florecen antes o después que ellos.

Arbustos como plantaciones estructurales

El tamaño de los arbustos oscila entre plantas bajas, en forma de cúpula, como Buxus microphylla, y las de porte más arbóreo, por ejemplo los rododendros. Ofrecen gran variedad de formas, incluyendo las arqueadas, redondeadas y estrictamente verticales, y de hábitos. Una de sus contribuciones principales en los jardines es que se usan para dar forma, estructura y sustancia a un diseño. Su disposición puede conectar una casa a un jardín, atenuado la transición entre las líneas rígidas de los edificios y las configuraciones más delicadas de los parterres y el césped. Las plantaciones estructurales pueden ser de valor inapreciable para marcar una entrada, flanquear un camino o constituir una frontera entre una y otra parte del jardín. Examine cómo la forma, color y textura de un arbusto particular se combinan con otras plantas y elementos tales como muros y pavimento.

Arbustos en parterres

La manera más simple de utilizar arbustos es hacer con ellos un parterre. Algunos esquemas muy vistosos atraen principalmente por el follaje. Intente crear un equilibrio de masa, textura, color y forma. Evite la tentación de plantar solamente flores, porque siempre son transitorias. Tenga en consideración la altura, el volumen, las calidades ornamentales y los cambios de apariencia estacionales de cada arbusto. Algunos arbustos poseen una larga vida, mientras que otros tienden a madurar y marchitarse rápidamente. Cuando plante un parterre, separe suficientemente las plantas de larga duración, de modo que no haga falta un recorte drástico para mantenerlas a raya cuando alcancen la madurez. Por otra parte se pueden incluir arbustos de crecimiento rápido, si bien deberán aclararse en el momento en que amenacen con sobrepasar la planta principal. Deje suficiente espacio a cada planta para que alcance su forma y dimensiones naturales.

Los parterres mixtos combinan las bellezas individuales de los arbustos con las de otros tipos de plantas, formando los primeros un marco y soporte para los segundos. Las herbáceas, perennes, anuales y bulbosas se colocan entre los arbustos con el fin de obtener un contraste e interés sucesivo cuando éstos no se encuentran en flor.

Una plantación cobertura baja y densa ayuda a controlar el crecimiento de malas hierbas, para lo que es aconsejable emplazar una cobertura de acolchados, que además reduce las pérdidas de agua durante el período de establecimiento de los arbustos.

Diseño con trepadoras

Las trepadoras constituyen uno de los grupos de plantas más versátiles y ofrecen un enorme campo en el diseño imaginativo. Pueden seleccionarse por su fuerte colorido en las flores o el follaje o para crear un telón de fondo difuso y sutil.

Muchas especies, sobre todo las trepadoras, como Wisteria, Celastrus y Vitis, presentan asimismo interesantes formas arquitectónicas cuando pierden sus hojas en invierno. Las trepadoras completan o disimulan un soporte, ya sea un muro, una cerca, una espaldera o una pérgola, creando un impacto vertical en la combinación. Además, resaltan los tonos cálidos de la piedra o ladrillos y suavizan sus líneas duras. Las de follaje denso y un desarrollo vigoroso pueden revestir las partes menos atractivas de los edificios del jardín. Cuando crecen sobre soportes, como las espalderas, pueden constituir densas pantallas visuales o proteger del viento. Si se permite que se extiendan, las de hábito reptante o trepador, como Jasminum masnyi, se convierten en un revestimiento muy efectivo para el suelo y resultan especialmente bellas cuando cubren bancos o se esparcen sobre los bordes de una terraza. Las trepadoras tienen también su lugar en los parterres mixtos, ya sea creciendo sobre espalderas piramidales o utilizándolas para prolongar la estación de interés si se las deja crecer entre otras plantas. Usuales así, son de un valor incalculable como elementos de conexión, matizando o de contraste en el parterre limite con un muro, proporcionarán la dimensión de altura, además de realzar o revestir elementos fijos del jardín.

Métodos y soportes para trepadoras

Las trepadoras emplean una serie de técnicas para extenderse y emparrarse entre las plantas cercanas en busca de luz. En los jardines deben utilizarse tanto soportes naturales como artificiales para adaptarse al método trepador de la planta seleccionada. Algunas se adhieren mediante las puntas de zarcillos adherentes, como la viña virgen (Parthenocissus quinquefolia). Se esparcen sobre cualquier superficie que ofrezca agarre, aunque necesitan el soporte de cañas, cuerdas o alambres hasta que logran un contacto seguro. Las especies volubles se enrollan alrededor del soporte en el sentido de las agujas del reloj o en sentido contrario. Les hace falta el soporte permanente de espalderas o alambre, si bien pueden dejarse crecer entre plantas huésped de ramas robustas. Las clemátides y algunas capuchinas utilizan los pecíolos de sus hojas, que se enrollan sobre el soporte para ganar altura y envergadura. Las trepadoras con zarcillos se fijan con zarcillos sensibles al contacto, que son hojas modificadas, como en los guisantes de olor; ramitas axilares, como en la pasionaria (Pasiflora), o ramitas terminales, como en la vid.


Fuente: Arbustos y trepadoras
Editorial: Blume

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