ARTE Y JARDINERÍA Diseño de Jardines
A la hora de diseñar un jardín, como elegir el estilo que le queramos dar
Los jardines, como los hogares, poseen muchas atmósferas y estilos distintos. Algunos son inmediatamente identificables, como, por ejemplo, el jardín de una casita inglesa o la escueta elegancia de un jardín japonés, mientras que otros, como el jardín silvestre, resultan más difíciles de definir.
Influencias de diseño
Los estilos pueden tener especiales asociaciones históricas, mostrando, por ejemplo, la influencia de las precisas y escalonadas terrazas de piedra de la Italia renacentista, la elegante grandeza de los clásicos jardines franceses, como los Versalles, o los llamativos, coloristas y exóticos cultivos de la Inglaterra eduardina y victoriana.
También se han desarrollado distintos estilos como consecuencia de las culturas regionales. Esto es así especialmente en Estados Unidos, donde los jardines llamados pioneros o de estacadas de la Costa Este, llenos de cubiertas de madera y blancas vallas abiertas, contrastan con los soberbios jardines de la Costa Oeste, con sus patios y piscinas, o los soñolientos jardines del Sur, con magnolias y robles que aportan su sombra a las galerías.
Aunque estos ejemplos parezcan demasiado ambiciosos para el jardinero medio, pueden proporcionarle, sin embargo, una fuente de inspiración y permitirle adaptarlos a un paraje determinado. Tal vez resulte imposible reproducir un clásico esquema francés o un elegante y ondulado paisaje italiano en un pequeño jardín urbano, pero el sentido del clasicismo formal sí que está al alcance de cualquier persona mediante el uso de unos peldaños de piedra, una pequeña fuente y un contenedor de piedra lleno de plantas anuales, o tal vez un arbusto siempre verde o un árbol recortado con reminiscencias arquitectónicas. Cuando elija un estilo, el aficionado debe tener en cuenta el clima, el espacio disponible y el tipo de terreno.
Proporción
Para crear un estilo en su jardín, no hay que olvidar la escala ni el tipo de paisajes y edificios que lo rodean. Una casa de estilo clásico, por ejemplo, podría exigir un jardín de trazado regular; las proporciones entre las ventanas y las puertas indicarán la pauta de los senderos, los estanques, las terrazas, las orlas y las zonas de césped. Hay que cuidar la relación entre estos elementos y la casa. Mientras que unas vastas extensiones de color y unos anchos senderos confieren elegancia a un amplio jardín con panoramas abiertos, unas estrechas orlas de flores diminutas y unos angostos y tortuosos senderos quedarían perdidos en un espacio tan grande, aunque resultarían ideales en un pequeño jardín formal.
Perspectiva
La aparente forma de un jardín variará, creando una falsa perspectiva en el diseño y utilizando los bordes de las distintas zonas (caminos, cuadros o terrazas) como si fueran “líneas”. Las líneas horizontales aportarán una mayor amplitud al espacio mientras que las líneas verticales aumentarán su longitud. Para acentuar todavía más la longitud, hay que procurar que las líneas verticales converjan hacia el fondo del jardín. Una hábil colocación de árboles verticales o ramificaciones colgantes intensificarán el efecto.
Se puede centrar la atención en un punto determinado dentro o más allá del jardín, creando una línea dinámica de movimiento como, por ejemplo, un sendero curvado que conduzca a un punto concreto: un estanque, una glorieta, un majestuoso árbol o una soberbia vista. Los jardines formales o cerrados sin ningún punto dominante de interés obtienen, no obstante, mejores efectos con diseños estáticos como los setos de boj que forman cuadros geométricos.
Materiales
Los senderos, las zonas pavimentadas, las vallas y los edificios del jardín deberían armonizar con la casa y el ambiente que la rodea tanto en los materiales como en la forma.
Si tiene usted dificultades para establecer qué es lo más apropiado, procure determinar en su lugar qué es lo que no resultaría adecuado y siga adelante mediante un proceso de eliminación. Por ejemplo, un pavimento multicolor no realzará en ningún caso la belleza de una casa urbana del siglo XVIII.
Procure que el jardín sea una prolongación del interior en cuanto al color y el estilo. Este concepto puede ampliarse de tal forma que la vista desde el interior combine armoniosamente con la decoración de la casa y no provoque un sobresalto de los sentidos tanto si se observa el interior desde el jardín como si se observa el jardín desde el interior. Las plantas son, lógicamente, el “material” más importante en la creación del estilo de un jardín. La opción estará limitada por la localización, el tipo de terreno y el clima de la zona. Unas vistosas flores mediterráneas como las rosas de rocalla no prosperarían en un umbrío terreno boscoso de la misma manera que los brezos o las camelias no florecen en un suelo calizo y abierto. Aproveche las ventajas que se le ofrezcan y no intente luchar contra la naturaleza. Las plantas inadecuadas no sólo no prosperan jamás sino que con mucha frecuencia, cuando crecen lejos de su hábitat natural, producen un desagradable efecto por estar fuera de lugar.
Creación de un estilo propio
Lo más importante es no olvidar la relación personal con el jardín, el cual deberá ser un reflejo de su personalidad. Si es usted una persona tranquila y aficionada a las pequeñas tareas, podría cultivar herbáceas perennes que desbordarán sus límites formales, o bien dejar que algunas semillas esparcidas por el viento interrumpan un sendero de grava esmeradamente cuidado. En cambio, si es una persona amante del orden y la pulcritud, se sentirá más a gusto con un diseño geométrico, tal vez con cuadros de anuales o rosales híbridos de té (modernos) en lugar de las anticuadas variedades (old garden).
No descuide las exigencias más prácticas. Si tiene niños pequeños, de nada le servirá instalar un estanque en el centro del jardín, ya que tendría que cubrirlo con una antiestética tela metálica. En su lugar, deje espaciosas zonas de césped y plante resistentes árboles y arbustos. Si una persona que utiliza silla de ruedas sale a menudo al jardín, se tendrá que eliminar los niveles en pendiente. Si desea introducir varios niveles, utilice suaves rampas o bancales ondulados. Se pueden construir también algunos cuadros elevados que facilitarán las tareas de los jardineros minusválidos o ancianos.
Calcule con realismo el tiempo que podrá dedicar al mantenimiento, ya que algunos jardines exigen más tiempos que otros. Si no dispone de mucho tiempo, concéntrese en los árboles, los arbustos y plantas pequeñas que cubran el suelo; las perennes y los bulbos ofrecen gran variedad de formas, colores y texturas, pero suelen exigir más cuidados que otras plantas. Si dispone de mucho tiempo, cultive plantas más especializadas como, por ejemplo, plantas de jardín de roca o rocalla que requieren más atenciones o bien plante o siembre anuales y bienales.
Sencillez de las plantaciones
Un error muy común cometido por los jardineros consiste en incluir excesivas variedades de plantas en un área reducida. Conviene aprender la lección de los especialistas: el cultivar de rosas, por ejemplo, o el entusiasta que sólo cultiva brezos y coníferas. Sus jardines son hermosos porque la elección de plantas está restringida y da lugar a un diseño comparativamente sencillo.
Si no quiere quedar limitado, procure evitar que un cultivo mixto resulte excesivamente complejo y desdibujado, mediante la elección de un color determinado y la cuidadosa agrupación de distintas variedades de plantas. Esto se refiere no sólo al follaje sino también a las flores, tal como demuestra el famoso jardín blanco de Sissinghurst en Kent.
Atención al detalle
Una vez decidido al estilo y el diseño del jardín y elegidas las plantas, hay que procurar que los accesorios no destruyan el efecto. Un banco de hierro forjado, por ejemplo, podría ser demasiado sofisticado para muchos jardines mientras que un sencillo banco de piedra raras veces desentona. Una compleja urna de estilo italiano sería probablemente demasiado solemne para un informal jardín suburbano aunque en él se plantaran unas humildes margaritas. Un jardín de un determinado estilo puede ser difícil de decorar desde el punto de vista económico, pero, por regla general, los contenedores y adornos sencillos resultan adecuados, sobre todo en zonas limitadas, y tienen la ventaja adicional de adaptarse a distintas plantas. Una vez haya decidido al estilo de los accesorios de su jardín no se aparte de la idea inicial, ya que las ligeras desviaciones crearían una impresión de desorden que daría al traste con toda la planificación.
Fuente: Nueva Enciclopedia de PLANTAS Y FLORES
The Royal Horticultural Society
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