ARTE Y JARDINERIA Diseño de jardines
Las plantas de rocalla y su utilización en Diseño de Jardines
Las plantas de rocalla son notables por su encanto y sencillez naturales, flores abundantes de colores claros en primavera y principios del verano, las plantas de roca son adecuadas para casi cada situación, desde el más diminuto al más grande jardín de rocalla.
¿Qué son las plantas de roca?
El término plantas de roca incluye bulbos y perennes que forman acolchado y almohadillado (muchos de ellos siempre verdes), así como coníferas enanas siempre verdes y árboles y arbustos de hoja caduca. Pueden ser verdaderas alpinas o simplemente plantas de pequeñas estatura, adecuadas para el jardín de rocalla. Aunque muchas de las alpinas tienen necesidades especializadas, este último grupo incluye muchas especies y cultivares, como aubrecias y la Aurinia saxatilis, que plantean pocas exigencias de cultivo y prosperan en cualquier lugar bien drenado de aspecto adecuado.
Las verdaderas alpinas crecen a grandes alturas, por encima de la línea de árboles, en laderas de cantos rodados, en las grietas de las rocas o en la turba superficial, mientras que las subalpinas viven por debajo de la línea de árboles, en laderas rocosas o en los pastos o prados altos. La mayoría de las alpinas son de porte compacto y frecuentemente tienen raíces profundas, habitualmente con hojas pequeñas de aspecto curtido, carnosas o cubiertas de fino tomentoso. Estas adaptaciones las ayudan a sobrevivir a los vientos secos y fuertes, a un sol brillante que quema y a las extremadas fluctuaciones de temperatura de su hábitat natural.
La mayoría de las plantas de roca crecen en zonas caracterizadas por suelos pedregosos con drenaje rápido, por lo que no pueden resistir la combinación de humedad constante en las raíces y frío invernal que se experimentan en los jardines de las alturas bajas. A estas especies tampoco les gustan los veranos cálidos y húmedos. En la naturaleza, las especies de porte alto se hallan aisladas del frío invernal por un manto de nieve, por debajo del cual permanecen dormidas a temperaturas alrededor de los 0º C hasta que llega la primavera. Los ambientes que imitan las condiciones naturales, como los jardines de rocalla, los macizos de cantos rodados, las macetas alargadas, lechos elevados, estructuras abiertas y casas alpinas son por tanto los mejores para cultivar las plantas de roca, que deben tener un muy buen drenaje y, habitualmente, protección de la excesiva humedad invernal.
Diseño con plantas de roca
Una de las principales atracciones de este grupo es su diminuto tamaño, capaz de satisfacer el afán del jardinero por su diversidad, ya que puede cultivar numerosas plantas diferentes en un espacio relativamente limitado. En un jardín de rocalla, como en las plantaciones a gran escala, se pueden utilizar arbustos pequeños para formar el marco estructural de un diseño, como la fragante Daphne cneorum, la D. retusa o Salix bockii y la S. apoda. Las coníferas enanas, como el Juniperus communis “Compressa”, pueden crear énfasis vertical y dar color durante todo el año, en contraste con las plantas de porte redondeado, como la siempre verde Hebe cupressoides “Boughton Dome”.
Esta estructura se puede llenar luego con plantas que formen acolchado o almohadillado, como arenarias (Arenaria) o la Dianthus deltoides, al pie de pulsatillas más altas de hojas plumosas o de la airosa Linum narbonense. También hay saxifragas compactas, de forma abovedada, o del género sedum que forman rosetas y siemprevivas de hojas carnosas, cuyas superficies contrastan perfectamente con las hojas blancas y pilosas del edelweiss (Leontopodium) o las hojas sedosas y plateadas de las celmisias.
Mantener el interés todo el año
Las plantaciones siempre verdes y estructurales son más importantes en los jardines de rocalla que en los de otro estilo porque la mayoría de las alpinas florecen al mismo tiempo, entre primavera y principios de verano. La temporada, se puede ampliar plantando bulbos de principios de primavera, como narcisos alpinos o azafranes y utilizando plantas que florecen más tarde, como heliantemos, floxes o verónicas, así como las que florecen en otoño, como la Persicaria vacciniifolia, los ciclámenes o las gaulterias portadoras de bayas.
Paisajes en miniatura
En los patios o jardines diminutos o allí donde el suelo del jardín abierto es demasiado pesado o el drenaje fuera inadecuado, se pueden cultivar plantas de roca en macetas alargadas o lechos elevados, para crear paisajes en miniatura. Esto último también permite situar las plantas pequeñas más cerca del nivel de la vista y son ideales para jardineros de movilidad reducida.
Los muros de piedra seca también son lugares potenciales para el plantado de muchas plantas amantes de las grietas, como las lewisias o ramondas, mientras que la parte alta de los muros son posiciones de plantado ideales para ejemplares de caída en cascada, como la Saxifraga “Tumbling Waters”.
Fuente: Nueva Enciclopedia de PLANTAS Y FLORES
The Royal Horticultural Society
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