ARTE Y JARDINERÍA Diseño de Jardines
Estilo de Jardín Mediterráneo en Diseño de Jardines
La jardinería mediterránea y el diseño de jardines no se limita a esta región, sino que abarca todo aquellos lugares que comparten un clima similar: cálido en verano y poco lluvioso; inviernos moderados y heladas poco frecuentes.
La vida al exterior es frecuente y las condiciones para ello resultan perfectas. Las principales características son la amplitud de los espacios y los comedores, con un riego suficiente para mantener las plantas lustrosas en tales condiciones de sequedad.
Pueden utilizarse con éxito colores cálidos tanto en paisajes duros como en los más suaves, ya que la luz solar los baja de tonalidad. En un paisaje templado resultarían llamativos. La fuerte luz solar proporciona buenas sombras, que pueden ser de utilidad como parte del diseño. Los rayos de luz en lo alto dibujan destellos que se filtran a través de un dosel de follaje. Los muros configuran sombras oscuras; la transición de pleno sol a sombra oscura producirá una sensación muy espectacular.
Los árboles también desempeñan su papel al reflejar la sombra de sus ramas sobre el suelo. En el caso de las altas y fastigiadas coníferas, las sombras resultan alargadas, de modo que proporcionan divisiones visuales en un área determinada.
A menudo, los materiales se relacionan entre ellos y siguen un modelo muy marcado. Azulejos barnizados, procedentes de los árabes y persas, parecen centellear con la luz del sol. Generalmente, los materiales son de la zona y las macetas de terracota; las paredes pintadas de blanco y las rudas pérgolas recortadas se combinan entre sí, con lo que da lugar a un rico estilo de jardín vernáculo.
Históricamente, la gente que vive alrededor del Mediterráneo estima y entiende los beneficios de los jardines y el placer de vivir en ellos. Los egipcios utilizaban agua, senderos y pérgolas, mientras que los romanos crearon frescos jardines en sus casas frente al áspero entorno del exterior. Los árabes también se sirvieron del agua, y los persas construyeron casas de verano o “glorietas” para comer, entretenerse y cortejar a sus mujeres.
Hoy en día, los jardines de la costa oeste americana han tomado el relevo. La economía en las líneas, la armonía con la casa y el paisaje, y la utilización de plantas autóctonas se combina para formar el perfecto habitáculo exterior.
También encontramos un creciente deseo en Estados Unidos por utilizar plantas que toleren condiciones secas y de aridez. La plantación de especies xerosas está de moda, y requiere una utilización mínima de agua. Las ideas de diseño clásico siguen todavía vigentes, pero se están incorporando guijarros, cantos rodados y plantas sumamente llamativas, tolerantes a la sequedad en contraste con otras superficies.
Si su jardín se encuentra en el Mediterráneo o en una zona con clima mediterráneo, es posible encontrar plantas procedentes de regiones semiáridas del mundo adecuadas para estas condiciones. La típica planta mediterránea posee hojas hirsutas aromáticas y a menudo flores de corta vida, pero atractivas, al igual que muchas bulbosas, que florecen al principio de la estación y mueren posteriormente. Las plantas mediterráneas son tolerantes a la sequedad, prefieren veranos cálidos y soleados, inviernos secos y un suelo con buen drenaje, incluso pobre. No toleran los húmedos inviernos templados, que estimulan el crecimiento de raíces, y son vulnerables a las heladas posteriores.
Si su jardín está situado en un clima templado con inviernos lluviosos y heladas comunes, es posible crear un efecto mediterráneo si elige aquellas plantas mediterráneas y australes que sobrevivan al estar en un suelo pobre con buen drenaje y al sol e, incluso, con alguna protección en invierno. Incluso muchas de las plantas jóvenes sobrevivirán si se mantienen secas y protegidas durante el invierno. Especies como los tulipanes y otras bulbosas se adaptarán a climas más fríos si se les protege del sol en verano.
Los jardines mediterráneos funcionan bien cuando la luz del sol es fuerte. Resultan adecuados en patios, terrazas, laderas secas, bancos al sol y zonas costeras soleadas.
Las perennes constituyen un ingrediente esencial al proporcionar sombra en los días calurosos y aportar algo de color en invierno. Las formas “arquitectónicas” de los enebros fastigiados y cipreses armonizarán con las plantas de la región mediterránea, así como con las “perennes” Cordyline, agaves, formios, yucas y palmeras tolerantes a condiciones semiáridas, como Phoenix canariensis y Chamaerops humilis. Las especies cobertoras resistentes a la sequedad y las trepadoras, como la hiedra, resultan sumamente útiles en esas condiciones.
La agrupación de plantas resulta atrevida y colorista, incluso resplandeciente, ya que la intensidad de la luz solar amortiguará cualquier contraste dramático de color. Los arbustos ya establecidos pueden complementarse con una plantación veraniega de vivaces no leñosas, como Argyranthemun, Lotus berthelotii, verbenas rastreras, Canna y Cosmos atrosanguineus. Las vivaces jóvenes resultan útiles si desea remarcar los cambios.
En las climas más fríos pueden utilizarse otras plantas jóvenes, como cactus, cítricos e híbridos de Clivia miniata, protegidos en verano en un invernadero.
En los verdaderos jardines mediterráneos encontramos simples pérgolas que dan soporte a viñas, jazmines y otras especies trepadoras a las que les gustan las condiciones calidas. En climas más húmedos también podemos encontrarlas, pero con menos frecuencia.
Sin duda, nada refleja mejor el jardín mediterráneo que las macetas de terracota disponibles en todas las formas y tamaños. Algunas resultan adecuadas en los inviernos de regiones templadas, pero normalmente deberán protegerse contra las heladas severas. Plántelas con agapanto de hojas carnosas, pequeños subarbustos, bulbosas enanas y geranios.
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