ARTE Y JARDINERIA Diseño de jardines
Palmera canaria, Phoenix canriensis. Sus características
Características
Phoenix canariensis, de hasta 20 m de altura, aunque generalmente es bastante más baja. Tronco único
y sin ramificar, relativamente delgado, sólo en ejemplares muy viejos y en sus
regiones autóctonas puede llegar al metro de grosor. La base de las hojas, que
queda sobre el tronco cilíndrico, forman alrededor de él una cubierta gruesa y
compacta, que oculta la corteza.
Las
hojas son de unos 5 m de longitud, dispuestas a modo de roseta en el extremo
superior del tronco, muy numerosas; se han contado hasta doscientas hojas en
una misma palmera. Son pinnadas, de limbo lanceolado, ápice en forma de espada,
bastante fuertes y rígidas. Existen entre 80-100 pares de foliolos,
relativamente cortos, sólo algo plegados longitudinalmente en el centro y desde
allí extendiéndose en forma plana, de margen entero, verde oscuro pero no
brillante. Peciolo de desarrollo plano y acanalado, con cortas espinas en la
base, que desaparecen progresivamente hacia arriba, hasta alcanzar los
foliolos.
Flores
unisexuadas y separadas en diferentes individuos, plantas por lo tanto dioicas.
Inflorescencias abundantemente ramificadas, grandes, largas, de hasta 2 m, que
aparecen doblándose entre las densas hojas. Las flores aisladas son muy
pequeñas, de color amarillo.
Fruto
ovoide, que se desarrolla masivamente en las inflorescencias. Drupa de unos 2-3
cm de tamaño, pardoamarillenta, con una semilla redondeada, muy dura, no
comestible y sin ninguna utilización.
Distribución
Palmera
indígena únicamente de las islas Canarias, pero plantada desde hace ya bastante
tiempo en toda la región mediterránea como árbol ornamental (también en
avenidas y calles), siendo muy frecuente.
Época
de floración: marzo a junio.
Generalidades
El
género Phoenix, con una docena de especies, se encuentra distribuido en los
trópicos y los subtrópicos. Su hábitat natural es el clima muy seco y caliente.
La especie aquí descrita, la palma canaria, es una de las más decorativas y se
reconoce fácilmente por sus hojas pinnadas muy largas y dispuestas muy
densamente. Se encuentran magníficos ejemplares creciendo libremente hasta en
la región mediterránea de Italia (Tessina). Más al norte de los Alpes, debe
pasar el invierno a resguardo de las heladas, por lo que sólo se puede mantener
en macetas.
La
palma de dátiles (Phoenix dactylifera)
se distingue de la anterior por su tronco, considerablemente más delgado que
soporta hojas de menor tamaño (hasta 4 m de longitud) y mucho menos numerosas
(cada palmera unas 30 hojas), siempre pinnadas, pero de limbo algo más ancho.
El conocido palmar de Elche, en el sur de España, no es autóctono, sino
originado por los árabes.
La
madera de las palmeras está constituida por diferentes fascículos que, en un
corte transversal del tronco, se distribuyen de forma irregular. Como
consecuencia, no se pueden observar líneas de crecimiento. Industrialmente es
muy poco utilizada.
Fuente: Guías de Naturaleza Blume
Árboles
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