ARTE Y JARDINERIA Diseño de jardines
Hacer una buena elección de plantas es imprescindible en todo Diseño de Jardines
Ante
la renovación de un jardín, lo primero que debería hacer es asegurarse de lo
que va a necesitar. Debería pensar primero en las estructuras del jardín y sus
elementos “duros”, como el pavimento, los estanques y las pérgolas,
estableciendo las prioridades en la seguridad y en la utilidad. Los árboles
merecen también especial atención, preferiblemente de un especialista. El
césped, invadido por las malas hierbas, necesitará de una inspección, al igual
que los arbustos, las especies trepadoras, el jardín de rocalla, las plantas
acuáticas y los márgenes de vivaces. Sólo entonces se verá en situación de
decidir sobre lo que funciona y dónde.
La
mayoría de las plantas que proporcionan estructura al jardín, aunque con un
porte descuidado, son susceptibles de darles forma. Sin duda, existen
excepciones: mientras que es posible recortar un seto de tejo que rebrote de
forma satisfactoria, muchos de los setos de coníferas tardan tiempo en
recuperarse de una poda severa. Los muñones de los árboles deberían ser eliminados
por un profesional, porque pueden ser foco de infecciones de hongos como Armillaria, un problema común en los
jardines descuidados.
Los
céspedes raramente requieren volver a sembrarse, a menos que haya baches y
zonas descuidadas, o un sistema pobre de drenaje.
Después
de la exploración inicial, deberían realizar un plan para el nuevo
asentamiento.
Utilice
sustancias que eliminen las malas hierbas mientras crecen vigorosamente, a
finales de primavera y principios de verano, pero tenga cuidado al rociar las
plantas ornamentales. Si decide extraer las malas hierbas manualmente, hágalo
cuando estén muertas y será más fácil extraer las raíces, o durante la estación
de crecimiento cuando pueden secarse.
La
excavación de nuevos márgenes o césped plantado o sembrado es mejor realizarla
a principios de otoño o primavera. Utilice los meses invernales para extender o
incorporar abonos, de forma que tengan tiempo de expandirse y asentarse antes
de la plantación primaveral, pero aplique acolchados que retengan humedad y
supriman las malas hierbas a principios de primavera.
El
traslado de las plantas o plantar especies nuevas debería realizarse en otoño y
principios de invierno, si realmente son resistentes, y en caso contrario sería
mejor a finales de primavera. Sin embargo, los ejemplares que se desarrollan en
macetas pueden plantarse en cualquier época, excepto en tiempo de heladas
severas y períodos de sequía.
El
cuidado de los árboles dañados puede llevarse a cabo en cualquier época,
excepto a principios de primavera, cuando cualquier corte produciría el
“sangrado” de la savia.
Las
malas hierbas vivaces persistentes constituyen el problema universal en los
jardines descuidados, y la principal consideración a tener en cuenta cuando se
renueva el jardín. En los márgenes permanentes descuidados y los jardines de
rocalla, deberían eliminarse las vivaces herbáceas, examinar minuciosamente las
raíces y limpiarlas de malas hierbas, separándolas en un lugar seguro. Puede
hacer esto manualmente o rociando con glifosato, preferentemente dos veces, en
un intervalo de seis semanas. Esto último resulta más caro, pero es con
diferencia el sistema más efectivo para eliminarlas; el glifosato resulta de
toxicidad baja y se degrada rápidamente en el suelo.
El
jardín descuidado puede contener fácilmente malas hierbas silvestres, como
semillas de sicomoro y zarzas. Las primeras deberían eliminarse por excavación,
pero las últimas pueden volver a salir en invierno y tratarse de nuevo con una
sustancia que las elimine en primavera. Una vez tenga las malas hierbas bajo
control, debería tomar medidas para que no vuelvan a reproducirse.
Si
va a disponer de un margen nuevo de césped, o piensa que el jardín va a
continuar descuidado durante años, o bien existe un problema de compactación
que causa encharcamiento, es mejor realizar una excavación doble del suelo.
Sólo cuando los márgenes están libres de malas hierbas, y se ha llevado a
término una excavación y abonado, podrá proceder a la replantación.
El
cuidado de árboles de mayor envergadura es una tarea de expertos, por problemas
de seguridad, pero la eliminación de ramas pequeñas o enfermas es posible
realizarla uno mismo, sobre todo si se desarrollan a nivel de suelo. Hágalo en
verano, cuando las ramas muertas son más visibles, o durante el otoño o
principios de invierno.
Tanto
los árboles como los arbustos, si se trata de injertos, deberían desarrollar
brotes a partir del tronco de la base. Éste es un problema particular en
jardines descuidados, no sólo porque no es posible controlar los vástagos, sino
también porque la lluvia, con el tiempo, podría llevarse la tierra alrededor de
las raíces, exponiéndolas al aire y favorecer el desarrollo de chupones.
Los “tallos acuáticos” – tallos rectos, delgados, que se desarrollan a partir de troncos y ramas – deberían eliminarse en los tilos y nogales, por ejemplo, porque desgastan la planta. Los arbustos de un porte demasiado congestionado podrían necesitar de dos, o incluso tres, estaciones para recuperar una estructura bien equilibrada. Debe eliminar todas las ramas muertas inmediatamente, pero con cuidado de no eliminar las ramas superfluas vivas si no quiere dañar el arbusto. Ponga atención en podar durante la estación adecuada, según si el arbusto florece sobre tallos viejos o nuevos. Aplique un fertilizante de acción lenta y luego un acolchado.
A este respecto debería tratar las especies trepadoras como los arbustos, aunque además debería podarlas – incluso en detrimento de su floración – con el fin de reparar los alambres y puntos de apoyo de la pared. Los arbustos variegados podrían “revertir”, es decir, empezar a producir ramas con hojas totalmente verdes. Si desea continuar disponiendo de un ejemplar variegado debería eliminarlas.
Normalmente, los rosales de hábito descuidado pueden recuperarse y rejuvenecerse, pero si son viejos y débiles no vale la pena porque no duran siempre y puede reemplazarlos fácilmente sin que le cueste demasiado. Si va a salvar rosales arbustivos modernos, elimine los tallos muertos o enfermos a finales de invierno, pode algunos de los más jóvenes y más fuertes y cubra las raíces con tierra nueva, si tiene poca. Utilice un fertilizante equilibrado y abone con materia orgánica. Con las trepadoras rastreras, elimine los tallos más viejos con el fin de favorecer el desarrollo de los nuevos, pero no sea demasiado drástico el primer año. Generalmente, cuando elimine los troncos muertos (que, a menudo, mueren por falta de luz), junto a los que se entrelazan entre ellos, las cosas mejorarán.
Normalmente es posible renovar el césped, aunque si se trata de uno descuidado tardará un par de estaciones en establecerse de nuevo. Si no quiere escarificar, eliminar las malas hierbas y abonar, aplique glifosato en primavera y vuelva a sembrar o plantar en otoño. Personalmente prefiero la renovación, ya que resulta más económica. Si la hierba está muy alta, córtela con un cortacésped con hilo de nailon, utilizando guantes y gafas protectoras. Entonces corte con la cuchilla en el nivel superior, con el recipiente para recoger el césped cortado y coloque gradualmente la cuchilla a un nivel inferior.
Fuente: Enciclopedia del Jardín
David Stevens y Ursula Buchan
Blume
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