ARTE Y JARDINERÍA DISEÑO DE JARDINES
A
CADA AMBIENTE SU JARDÍN
Para obtener unos buenos resultados en el Diseño de un Jardín conviene tener
las ideas claras. Un jardín hermoso está al alcance de cualquiera, aunque el
espacio sea reducido y las condiciones no sean las óptimas.
Es importante seleccionar minuciosamente las
especies vegetales que van a cultivarse y tener muy en cuenta las condiciones
ambientales circundantes.
Las plantas, como todos los seres vivientes, están
dotadas de una determinada capacidad de adaptación, y este es el factor
determinante del grado de dificultad en el cultivo.
El volumen de crecimiento depende de factores
ambientales tales como:
· Luz
· Temperatura
· Humedad
· Características
del suelo.
Estos elementos, combinados entre sí, constituyen el
hábitat, o sea los distintos tipos de ambiente (montañés, acuático, etc.), en
los cuales los vegetales pueden desarrollarse óptimamente y de forma natural.
Por consiguiente, conviene, tanto desde un punto de
vista estético como práctico, evitar siempre las condiciones forzadas, por lo
que es necesario conocer el ambiente que domina en el jardín. Todo ello
permitirá crear un conjunto armónico sin necesidad de acudir a medios de
cultivo artificiales que seguramente proporcionarán unos pobres resultados.
Un jardín junto al mar, al margen de un lago situado
a poca altitud o ubicado en zonas de clima mediterráneo no presentará
dificultades a la hora de obtener una prolongada floración durante todo el año.
Algún problema podrá encontrarse en zonas más frías,
ya que allí las plantas no pueden prolongar su floración, y a partir de las
primeras lluvias otoñales el jardín ya no tendrá color.
El
jardín junto al mar
Cuando se quiera crear un jardín junto al mar,
conviene tener presentes algunos consejos útiles en cuanto a la selección y
colocación de las plantas:
· Adosar
al muro de la vivienda plantas trepadoras de rápido desarrollo
(bignonia,
glicinia, rosales trepadores, lantana, etc.) para protegerse del calor estival.
· Crear
zonas de sombra con pérgolas plantando árboles donde el espacio lo permita (acacias,
perennifolios).
· Seleccionar
plantas resistentes al ambiente seco y de exigencias moderadas (tamarindo,
altea, hemerocallis, etc.).
El
jardín al margen de un lago situado a poca altitud
Las condiciones climáticas de la montaña permiten el
desarrollo de una amplia gama de plantas, porque las temperaturas son moderadas
y presentan un alto nivel de humedad durante todo el año.
Las zonas de sombra o de media sombra son
particularmente frescas, y en ellas se adaptan mejor plantas como la hortensia,
la camelia, el rododendro y la azalea, con las tonalidades más variadas.
En las zonas expuestas al sol, en que hay
temperaturas bastante elevadas, es aconsejable plantar rosales, alteas de
Siria, jazmines, etc.
Con la presencia de árboles se consiguen efectos
sorprendentes, sin embargo conviene tener en cuenta que si se desea mantener
una amplia vista panorámica del paisaje o del lago, no conviene excederse en
plantar árboles de gran desarrollo, que deberán colocarse teniendo en cuenta la
velocidad de crecimiento y la altura propias de cada especie.
El
jardín en el campo
Los jardines de este tipo son fácilmente
identificables, ya que pueden ubicarse tanto en la ladera de una colina como en
una llanura húmeda. Normalmente, se encuentran en la zona septentrional del
país, o en un lugar árido y solead del sur, y presentan unas características
ambientales muy dispares.
Los resultados no tardarán en manifestarse si se
plantan especies propias de la zona, es decir apropiadas para ese clima en
particular, y si el jardín que las acoja reúne las condiciones necesarias a sus
exigencias.
El
jardín en la montaña
También aquí, como en los ambientes que hemos
comentado, es indispensable conseguir un jardín en consonancia con el paisaje.
Es importante captar ‘el espíritu’ de la montaña
para construir un jardín en
armonía con ella: es preferible evitar las
estructuras demasiado elaboradas, mientras que lo verdaderamente importante es
hallar el modo de convertir ciertas particularidades, con sencillez, en partes
integrantes del paisaje; sin ningún gesto forzado, pero con armonía y
continuidad, pasando de los prados verdes hasta la empalizada de madera de las
jardineras formadas con troncos vaciados a las rocas colocadas alrededor de una
mancha de flores.
Fuente: EL jardín en flor
todo el año
Anna Bisio
Editorial Vecchi
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