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lunes, 28 de octubre de 2013

PLANTAS VIVACES PARA ZONAS UMBRÍAS

ARTE Y JARDINERÍA DISEÑO DE JARDINES


Cómo utilizar las plantas vivaces en Diseño de Jardines



Así como los arbustos aportan un marco al jardín, incluso en sombras, las plantas vivaces ofrecen una amplia y rica variedad para cubrirlo de colores el conjunto. Al igual que los arbustos, las plantas vivaces también pueden tener una larga vida; la única diferencia estriba en que sus renuevos difícilmente o nunca adquieren una consistencia leñosa. No obstante, algunos son ambivalentes y a veces se califican con los arbustos y otras con las vivaces. Entre estos figuran, por ejemplo, en la Pachysandra, la siempreviva (Vinca) y la corazoncilla (Hypericum).

Las vivaces superan el invierno con la ayuda de rizomas, raíces muy vigorosas y bulbos o tubérculos en las que se almacena sustancias de reserva.

Los rizomas son tallos gruesos que casi siempre se deslizan horizontalmente por debajo de la tierra y sirve a la planta para su expansión. En ellos, junto a las raíces propiamente dichas, se asientan las catáfilas incoloras, así como las yemas del nuevo retoño. En la mayoría de las vivaces, las partes superficiales mueren en otoño, o bien después de la floración "se recogen" como también suele decirse, y vuelven a brotar en primavera. Sólo algunas son perennes o resisten el invierno, como es el caso de las bergenias y algunas plantas las traseras.

Espléndido bosquecillo de plantas, flores de erguidos tallos destacando sobre un follaje en forma de roseta, plantas bajas de relleno o plantas rastreros con flores en el suelo... como vemos, el amplio abanico de formas permite una variada gama de posibilidades. Incluso tratándose únicamente de vivaces umbrías, se dispone de un auténtico abanico de flores multicolores. No obstante, precisamente en las especies para zonas poco luminosas, el follaje ornamental desempeña un importante papel, bastante con pensar en las Hosta, en la hoja ornamental (Aspidistra) o en los helechos. Por último, entre las vivaces se encuentran también herbáceas perennes, algunas de las cuales presentan igualmente hojas vistosas y una bonita forma de crecimiento.

La elección de las vivaces

Al igual que en la elección de árboles y arbustos, en el caso de las vivaces recomendamos prestar atención al nombre botánico. A este respecto, también cada una de las especies de un mismo género presenta claras diferencias en cuanto a sus características y el emplazamiento que necesita.

Los nombres de la variedad suelen hacer referencia a la altura o el al vigor de su crecimiento; pocas veces las diferencias entre las variedades son tan acusadas como en los arbustos. En la mayoría de casos se trata de diferentes colores o formas de flores, si bien también por este motivo merece la pena estar bien informado de la oferta de variedades.

Sobre este aspecto, se debería considerar siempre que la especie o la variedad tiene que armonizar con sus acompañantes, tanto si se eligen vivaces como arbustos. Por muy atractiva que sea una planta, puede perder buena parte de su encanto en un hábitat inadecuado. A menudo, la elección de variedades con abundante floración o de una especie "pura" es sólo una cuestión de gusto. En lugares con arbustos bajos y próximos en un entorno natural, las plantas más bien modestas pueden adaptarse mejor al conjunto que otras con vistosas flores dobles. Cuando una planta debe extenderse con semilla junto a un grupo de árboles y arbustos, sólo prosperará si es de la especie "pura", ya que muchas variedades e híbridos difícilmente arraigan.


Algunas de las plantas que presentamos aquí dentro de la categoría vivaces silvestres, es decir poco elaboradas en cultivo, suelen ser más propias de zonas sombrías que de arriates soleados.

Muchas tiendas especializadas en vivaces ofrecen hoy estas especies. Por lo tanto, no es necesario proveerse de plantas en el bosque en el campo, y tampoco es admisible según las prescripciones de la protección forestal.

Algunas vivaces de sombras están protegidas, como es el caso acónito azul y amarillo, así como del helecho 'agrostide'.

En el momento de elegir vivaces para zonas sombrías, ante todo hay que preguntarse si el lugar recibe sol directo durante varias horas y si la planta lo tolerará o no. En consecuencia, hemos establecido estos apartados:

1. Vivaces para zonas semiumbrías hasta sombrías.
2. Vivaces para zonas semiumbrías hasta soleadas.

A diferencia de lo que ocurre con árboles y arbustos, aquí son muy pocas las especies que no tengan unas exigencias de luz determinadas. Esto se limita fundamentalmente a las bergenias y a la Alchilla millis, así como a algunas herbáceas.

Las flores devuelvo y tubérculo resistente al invierno se cuentan igualmente entre las vivas es que se presentan aparte.

Sugerencia sobre las plantas

En los jardines de nueva planta convendría pensar desde el principio en la preparación y mejora del sueldo. Donde no se dispone de compost, puede emplearse un sustrato de humus, de venta en los centros de jardinería. Además, es muy importante limpiar a fondo el terreno para eliminar las malas hierbas, raíces Y rizomas. El tiempo que se invierte así antes de plantar las vivaces sin duda tiene su recompensa después.

El otoño (a partir de septiembre) y la primavera (a partir de marzo) son los mejores momentos para plantar. Las especies sensibles a las heladas, así como las plantas ornamentales y los helechos, se plantan preferiblemente en primavera, al igual que las anémonas de otoño, que crecen mejor después. Otro momento recomendable para algunas flores primaverales como las bergenias, las prímulas o los Doronicum es a finales de la primavera o a comienzos del verano, después de la floración.

Antes de plantarlas, las plantas se colocan en la posición prevista para poder corregir su emplazamiento en la distancia entre las mismas, si es necesario. A menudo, las plantas y bases están demasiado amontonadas, lo cual obliga necesariamente a trasplantarlas después, siempre que haya sobrevivido frente a la competencia de las más fuertes. Para evitar este problema, valga la siguiente pauta orientativa: la distancia o el espacio libre alrededor de la planta debería equivaler a la mitad de su factura en estado adulto.

Las superficies grandes se plantan desde atrás hacia adelante. Para ello se extrae la planta cuidadosamente del tiesto y se recortan las raíces dañadas o demasiado largas. El tamaño del hueco debe ser suficientemente grande para que cepellón se adapte cómodamente; la planta no debe quedar demasiado hundida en el sueldo, sino tal como estaba en el tiesto. Se añade tierra a su alrededor presionando vigorosamente y luego se riega en abundancia.

Puede ser muy útil marcar el lugar destinado a cada planta con etiquetas para distinguirlas. Algunas vivaces recogidas brotan a finales de primavera, así que cuando se sabe exactamente donde están es más fácil realizar un escardado previo y cuidadoso entre las plantas.

Sugerencias sobre su cuidado

Durante los primeros inviernos posteriores al plantado, se recomienda protegerlas ligeramente mediante una capa de hojarasca no demasiado espesa y un poco de leña. Cuando se trata de ciertas vivaces no demasiado vigorosas como los corazoncillos (Dicentra spectabilis), Éste procedimiento debería mantenerse también durante dos años siguientes. Hay que pensar que las hojas caídas también aportan protección a la zona umbría en que se encuentran los arbustos.

En los meses de verano, y muy especialmente durante la etapa de crecimiento, es imprescindible realizar un control regular de la humedad del suelo y cuando sea necesario regar en abundancia. Esto mismo puede aplicarse cuando sol es intenso en primavera y sobre todo en los lugares donde las familias perennes o te brote temprano se encuentran debajo de plantas que aún no tienen hojas.

La cobertera, que ya hemos mencionado varias veces, es muy recomendable, dado que por un lado garantiza la humedad del suelo, y por otro, impide crecimiento de las malas hierbas. Sin duda debemos citar también el inconveniente que está comporta en lugares húmedos y sombríos: bajo estas capas de hojarasca suelen esconderse caracoles que pueden dañar las vivaces jóvenes hasta devorarlas en su totalidad. En jardines donde se advierta la presencia de muchos caracoles, la cobertera debería estar compuesta de material seco únicamente (pajaza, corteza), poco apreciado por los caracoles y en caso de aguaceros persistentes retirarla. Otra posibilidad sería incorporar sustancias olorosas de venta en tiendas especializadas para ahuyentar a estos animales.

La maleza tenáz como el cardo, el ranúnculo rastrero y otras malas hierbas se mantiene la raya con una cobertera permanente. Hasta que las vivaces hayan alcanzado el estado adulto, lo cual puede demorarse unos años si son plantas rastreras, la única solución es realizar un escardado frecuente y cuidadoso; y con mayor razón cuando el sueldo no está cubierto, porque de ser así, además se debería esponjar el suelo entre las vivaces.

No se puede especificar hasta qué punto deben retirarse las plantas marchitas o podar las vivas es después de la floración, ya que esto depende de cada una. En el caso de las plantas parecidas a las vivaces del surco, estas medidas se aplican para los arriates. Por el contrario, las vivaces silvestres dispuestas más libremente se dejan más o menos intactas. No obstante, siempre se puede eliminar parte del follaje de aquellas plantas que importunan a otras con su vigorosa expansión o impidan el paso de la luz o aparezcan demasiados retoños en las plantas de reproducción espontánea. Dado el caso, las especies que crecen mucho y muy fácilmente deben sujetarse a unas estacas, o bien ligarse con cordón de bramante, abrazaderas u otras sujeciones.

La caída de la hoja, la cobertera y sobre todo el compost bastan casi siempre como abastecimiento de nutrientes. No obstante, si el suelo está muy necesitado, puede administrarse regularmente abono de tratamiento orgánico hasta que haya elaborado humus suficiente durante el año.

El abono adicional puede ser necesario también para vivaces especialmente grandes y de vigoroso crecimiento.

Vivaces para zonas semiumbrías a umbrías

En medio de los árboles y arbustos y por delante y debajo de ellos, o en las lindes de vegetación más o menos sombría se encuentran los lugares adecuados para estas vivaces. Muchas pueden colocarse también en las sombras de los muros. No todas toleran las sombras persistentes e intensas, aunque también debemos decir que las especies indicadas para la zona semiumbrías toleran las radiaciones solares directas sólo con moderación. Casi siempre exigen que la humedad ambiental y del sueldo sea relativamente elevada. Asimismo, el sustrato debería ser humoso, rico en nutrientes y ligeramente ácido hasta neutro. No obstante, en cada caso se especifican las excepciones con respecto a las distintas exigencias de sueldo.

Vivaces grandes

La denominación de "gran tamaño" no sólo abarca la altura de crecimiento, sino también la circunstancia de que conserve constantemente el aspecto de planta boscosa. Casi siempre se plantan en pequeños grupos o en solitario, y cuando aparecen en combinaciones semejantes a parterres, estas adoptan la función de vivaces guías. Las vivaces de zarcillo, con sus largos tallos trepadores son una excepción. Las demás vivaces necesitan algo más de espacio, ya que si crecen entre el follaje de otras plantas no pueden desplegarse erguidas. Asimismo, tampoco suelen tolerar la competencia de las raíces superficiales de los arbustos, sobre todo las anémonas y las astilbes, que crecen solo en suelos con escasas raíces.

Vivaces medianas

Las vivaces pertenecientes a la categoría de "tamaño medio" son muy variadas. Algunas, como la flor de la sombra o ramo de estrellas, son apropiadas para crecer delante o entre otros arbustos y otras como las Hosta y las aguileñas pueden embellecer también parte de redes y arriates en lugares semi un bríos. Las que forman estolones y se reproducen de forma espontánea, como el nomeolvides del Cáucaso, son apropiadas para cubrir zonas lisas, mientras que las campanillas de cera sólo llama la atención en solitario. La hierba de Cristo es bastante singular no sólo por sus ornamentales frutos, sino también porque crece bien en lugares difíciles, debajo de las coníferas.

Vivaces pequeñas

Las vivaces sometidas a las sombras conforman un grupo muy numeroso. En el figuran muchas plantas rastreras. Buena parte de ellas prefieren las sombras intensas o completas. Gracias a los estolones de las raíces o a un vigoroso crecimiento de rizomas pueden cubrir grandes superficies.

Las plantas típicamente de voz que a menudo necesitan que el sueldo posea unas condiciones determinadas. A la anémona, por ejemplo, no le basta con que el sueldo del jardín sea humoso, sino que además se requiere para su crecimiento una capa de hojarasca en descomposición. También el ásaro y la aspérula crecen mejor en estas condiciones.

Para cubrir la superficie del suelo hay que colocar entre 8 y 12 plantas por metro cuadrado, según la especie. Aquellas que se caracterizan por un crecimiento vigoroso a menudo son poco tolerantes y apenas dejan crecer a otras plantas. Por eso puede resultar útil marcar sus límites cuando esta se convierten en una amenaza para las especies más débiles situadas en su cercanía. Las plantas rastreras que son tolerantes pueden colocarse como vivaces de relleno entre las especies más altas. No todas las vivaces bajas sirven para cubrir el suelo, ya que algunas no pueden abarcar superficies de grandes dimensiones. La flor de los elfos, el meguet, la violeta aromática y las prímulas, por ejemplo, pueden plantarse en pequeños grupos, mientras que el pie del becerro es llamativo también en solitario.


Fuente: Como diseñar y crear el jardín de sombra

Joachim Mayer



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