ARTE Y JARDINERÍA DISEÑO DE JARDINES
Cómo utilizar las plantas vivaces en Diseño de Jardines
Así como los arbustos aportan un marco al jardín,
incluso en sombras, las plantas vivaces ofrecen una amplia y rica variedad para
cubrirlo de colores el conjunto. Al igual que los arbustos, las plantas vivaces
también pueden tener una larga vida; la única diferencia estriba en que sus
renuevos difícilmente o nunca adquieren una consistencia leñosa. No obstante,
algunos son ambivalentes y a veces se califican con los arbustos y otras con
las vivaces. Entre estos figuran, por ejemplo, en la Pachysandra, la siempreviva (Vinca)
y la corazoncilla (Hypericum).
Las vivaces superan el invierno con la ayuda de
rizomas, raíces muy vigorosas y bulbos o tubérculos en las que se almacena
sustancias de reserva.
Los rizomas son tallos gruesos que casi siempre se
deslizan horizontalmente por debajo de la tierra y sirve a la planta para su
expansión. En ellos, junto a las raíces propiamente dichas, se asientan las
catáfilas incoloras, así como las yemas del nuevo retoño. En la mayoría de las
vivaces, las partes superficiales mueren en otoño, o bien después de la
floración "se recogen" como también suele decirse, y vuelven a brotar
en primavera. Sólo algunas son perennes o resisten el invierno, como es el caso
de las bergenias y algunas plantas las traseras.
Espléndido
bosquecillo de plantas, flores de erguidos tallos destacando sobre un follaje
en forma de roseta, plantas bajas de relleno o plantas rastreros con flores en
el suelo... como vemos, el amplio abanico de formas permite una variada gama de
posibilidades. Incluso tratándose únicamente de vivaces umbrías, se dispone de
un auténtico abanico de flores multicolores. No obstante, precisamente en las
especies para zonas poco luminosas, el follaje ornamental desempeña un
importante papel, bastante con pensar en las Hosta, en la hoja ornamental (Aspidistra) o en los helechos. Por
último, entre las vivaces se encuentran también herbáceas perennes, algunas de
las cuales presentan igualmente hojas vistosas y una bonita forma de
crecimiento.
La
elección de las vivaces
Al igual que en la elección de árboles y arbustos,
en el caso de las vivaces recomendamos prestar atención al nombre botánico. A
este respecto, también cada una de las especies de un mismo género presenta
claras diferencias en cuanto a sus características y el emplazamiento que
necesita.
Los nombres de la variedad suelen hacer referencia a
la altura o el al vigor de su crecimiento; pocas veces las diferencias entre las
variedades son tan acusadas como en los arbustos. En la mayoría de casos se
trata de diferentes colores o formas de flores, si bien también por este motivo
merece la pena estar bien informado de la oferta de variedades.
Sobre este aspecto, se debería considerar siempre
que la especie o la variedad tiene que armonizar con sus acompañantes, tanto si
se eligen vivaces como arbustos. Por muy atractiva que sea una planta, puede
perder buena parte de su encanto en un hábitat inadecuado. A menudo, la elección
de variedades con abundante floración o de una especie "pura" es sólo
una cuestión de gusto. En lugares con arbustos bajos y próximos en un entorno
natural, las plantas más bien modestas pueden adaptarse mejor al conjunto que
otras con vistosas flores dobles. Cuando una planta debe extenderse con semilla
junto a un grupo de árboles y arbustos, sólo prosperará si es de la especie
"pura", ya que muchas variedades e híbridos difícilmente arraigan.
Algunas de las plantas que presentamos aquí dentro
de la categoría vivaces silvestres, es decir poco elaboradas en cultivo, suelen
ser más propias de zonas sombrías que de arriates soleados.
Muchas tiendas especializadas en vivaces ofrecen hoy
estas especies. Por lo tanto, no es necesario proveerse de plantas en el bosque
en el campo, y tampoco es admisible según las prescripciones de la protección
forestal.
Algunas vivaces de sombras están protegidas, como es
el caso acónito azul y amarillo, así como del helecho 'agrostide'.
En el momento de elegir vivaces para zonas sombrías,
ante todo hay que preguntarse si el lugar recibe sol directo durante varias
horas y si la planta lo tolerará o no. En consecuencia, hemos establecido estos
apartados:
1. Vivaces para zonas semiumbrías hasta sombrías.
2. Vivaces para zonas semiumbrías hasta soleadas.
A diferencia de lo que ocurre con árboles y
arbustos, aquí son muy pocas las especies que no tengan unas exigencias de luz
determinadas. Esto se limita fundamentalmente a las bergenias y a la Alchilla millis, así como a algunas
herbáceas.
Las flores devuelvo y tubérculo resistente al
invierno se cuentan igualmente entre las vivas es que se presentan aparte.
Sugerencia
sobre las plantas
En los jardines de nueva planta convendría pensar
desde el principio en la preparación y mejora del sueldo. Donde no se dispone
de compost, puede emplearse un sustrato de humus, de venta en los centros de
jardinería. Además, es muy importante limpiar a fondo el terreno para eliminar
las malas hierbas, raíces Y rizomas. El tiempo que se invierte así antes de
plantar las vivaces sin duda tiene su recompensa después.
El otoño (a partir de septiembre) y la primavera (a
partir de marzo) son los mejores momentos para plantar. Las especies sensibles
a las heladas, así como las plantas ornamentales y los helechos, se plantan
preferiblemente en primavera, al igual que las anémonas de otoño, que crecen
mejor después. Otro momento recomendable para algunas flores primaverales como
las bergenias, las prímulas o los Doronicum
es a finales de la primavera o a comienzos del verano, después de la
floración.
Antes de plantarlas, las plantas se colocan en la
posición prevista para poder corregir su emplazamiento en la distancia entre
las mismas, si es necesario. A menudo, las plantas y bases están demasiado
amontonadas, lo cual obliga necesariamente a trasplantarlas después, siempre
que haya sobrevivido frente a la competencia de las más fuertes. Para evitar
este problema, valga la siguiente pauta orientativa: la distancia o el espacio
libre alrededor de la planta debería equivaler a la mitad de su factura en
estado adulto.
Las superficies grandes se plantan desde atrás hacia
adelante. Para ello se extrae la planta cuidadosamente del tiesto y se recortan
las raíces dañadas o demasiado largas. El tamaño del hueco debe ser
suficientemente grande para que cepellón se adapte cómodamente; la planta no
debe quedar demasiado hundida en el sueldo, sino tal como estaba en el tiesto.
Se añade tierra a su alrededor presionando vigorosamente y luego se riega en
abundancia.
Puede ser muy útil marcar el lugar destinado a cada
planta con etiquetas para distinguirlas. Algunas vivaces recogidas brotan a
finales de primavera, así que cuando se sabe exactamente donde están es más
fácil realizar un escardado previo y cuidadoso entre las plantas.
Sugerencias
sobre su cuidado
Durante los primeros inviernos posteriores al
plantado, se recomienda protegerlas ligeramente mediante una capa de hojarasca
no demasiado espesa y un poco de leña. Cuando se trata de ciertas vivaces no
demasiado vigorosas como los corazoncillos (Dicentra
spectabilis), Éste procedimiento debería mantenerse también durante dos
años siguientes. Hay que pensar que las hojas caídas también aportan protección
a la zona umbría en que se encuentran los arbustos.
En los meses de verano, y muy especialmente durante
la etapa de crecimiento, es imprescindible realizar un control regular de la
humedad del suelo y cuando sea necesario regar en abundancia. Esto mismo puede
aplicarse cuando sol es intenso en primavera y sobre todo en los lugares donde
las familias perennes o te brote temprano se encuentran debajo de plantas que
aún no tienen hojas.
La cobertera, que ya hemos mencionado varias veces,
es muy recomendable, dado que por un lado garantiza la humedad del suelo, y por
otro, impide crecimiento de las malas hierbas. Sin duda debemos citar también
el inconveniente que está comporta en lugares húmedos y sombríos: bajo estas
capas de hojarasca suelen esconderse caracoles que pueden dañar las vivaces
jóvenes hasta devorarlas en su totalidad. En jardines donde se advierta la
presencia de muchos caracoles, la cobertera debería estar compuesta de material
seco únicamente (pajaza, corteza), poco apreciado por los caracoles y en caso
de aguaceros persistentes retirarla. Otra posibilidad sería incorporar
sustancias olorosas de venta en tiendas especializadas para ahuyentar a estos
animales.
La maleza tenáz como el cardo, el ranúnculo rastrero
y otras malas hierbas se mantiene la raya con una cobertera permanente. Hasta
que las vivaces hayan alcanzado el estado adulto, lo cual puede demorarse unos
años si son plantas rastreras, la única solución es realizar un escardado
frecuente y cuidadoso; y con mayor razón cuando el sueldo no está cubierto,
porque de ser así, además se debería esponjar el suelo entre las vivaces.
No se puede especificar hasta qué punto deben
retirarse las plantas marchitas o podar las vivas es después de la floración,
ya que esto depende de cada una. En el caso de las plantas parecidas a las
vivaces del surco, estas medidas se aplican para los arriates. Por el
contrario, las vivaces silvestres dispuestas más libremente se dejan más o
menos intactas. No obstante, siempre se puede eliminar parte del follaje de
aquellas plantas que importunan a otras con su vigorosa expansión o impidan el
paso de la luz o aparezcan demasiados retoños en las plantas de reproducción
espontánea. Dado el caso, las especies que crecen mucho y muy fácilmente deben
sujetarse a unas estacas, o bien ligarse con cordón de bramante, abrazaderas u
otras sujeciones.
La caída de la hoja, la cobertera y sobre todo el
compost bastan casi siempre como abastecimiento de nutrientes. No obstante, si
el suelo está muy necesitado, puede administrarse regularmente abono de
tratamiento orgánico hasta que haya elaborado humus suficiente durante el año.
El abono adicional puede ser necesario también para
vivaces especialmente grandes y de vigoroso crecimiento.
Vivaces
para zonas semiumbrías a umbrías
En medio de los árboles y arbustos y por delante y
debajo de ellos, o en las lindes de vegetación más o menos sombría se
encuentran los lugares adecuados para estas vivaces. Muchas pueden colocarse
también en las sombras de los muros. No todas toleran las sombras persistentes
e intensas, aunque también debemos decir que las especies indicadas para la
zona semiumbrías toleran las radiaciones solares directas sólo con moderación.
Casi siempre exigen que la humedad ambiental y del sueldo sea relativamente elevada.
Asimismo, el sustrato debería ser humoso, rico en nutrientes y ligeramente
ácido hasta neutro. No obstante, en cada caso se especifican las excepciones
con respecto a las distintas exigencias de sueldo.
Vivaces
grandes
La denominación de "gran tamaño" no sólo
abarca la altura de crecimiento, sino también la circunstancia de que conserve
constantemente el aspecto de planta boscosa. Casi siempre se plantan en
pequeños grupos o en solitario, y cuando aparecen en combinaciones semejantes a
parterres, estas adoptan la función de vivaces guías. Las vivaces de zarcillo,
con sus largos tallos trepadores son una excepción. Las demás vivaces necesitan
algo más de espacio, ya que si crecen entre el follaje de otras plantas no
pueden desplegarse erguidas. Asimismo, tampoco suelen tolerar la competencia de
las raíces superficiales de los arbustos, sobre todo las anémonas y las
astilbes, que crecen solo en suelos con escasas raíces.
Vivaces
medianas
Las vivaces pertenecientes a la categoría de
"tamaño medio" son muy variadas. Algunas, como la flor de la sombra o
ramo de estrellas, son apropiadas para crecer delante o entre otros arbustos y
otras como las Hosta y las aguileñas
pueden embellecer también parte de redes y arriates en lugares semi un bríos.
Las que forman estolones y se reproducen de forma espontánea, como el
nomeolvides del Cáucaso, son apropiadas para cubrir zonas lisas, mientras que
las campanillas de cera sólo llama la atención en solitario. La hierba de
Cristo es bastante singular no sólo por sus ornamentales frutos, sino también
porque crece bien en lugares difíciles, debajo de las coníferas.
Vivaces
pequeñas
Las vivaces sometidas a las sombras conforman un
grupo muy numeroso. En el figuran muchas plantas rastreras. Buena parte de
ellas prefieren las sombras intensas o completas. Gracias a los estolones de
las raíces o a un vigoroso crecimiento de rizomas pueden cubrir grandes
superficies.
Las plantas típicamente de voz que a menudo
necesitan que el sueldo posea unas condiciones determinadas. A la anémona, por
ejemplo, no le basta con que el sueldo del jardín sea humoso, sino que además
se requiere para su crecimiento una capa de hojarasca en descomposición.
También el ásaro y la aspérula crecen mejor en estas condiciones.
Para cubrir la superficie del suelo hay que colocar
entre 8 y 12 plantas por metro cuadrado, según la especie. Aquellas que se
caracterizan por un crecimiento vigoroso a menudo son poco tolerantes y apenas
dejan crecer a otras plantas. Por eso puede resultar útil marcar sus límites
cuando esta se convierten en una amenaza para las especies más débiles situadas
en su cercanía. Las plantas rastreras que son tolerantes pueden colocarse como
vivaces de relleno entre las especies más altas. No todas las vivaces bajas
sirven para cubrir el suelo, ya que algunas no pueden abarcar superficies de
grandes dimensiones. La flor de los elfos, el meguet, la violeta aromática y
las prímulas, por ejemplo, pueden plantarse en pequeños grupos, mientras que el
pie del becerro es llamativo también en solitario.
Fuente: Como diseñar y crear el jardín de sombra
Joachim Mayer
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