ARTE Y JARDINERÍA DISEÑO DE JARDINES
TENSIÓN, MISTERIO Y SORPRESA EN DISEÑO DE JARDINES
Existen tres ingredientes principales que resultan
esenciales para lograr el éxito en el diseño de jardines, y éstos son la
tensión, el misterio y la sorpresa.
Un jardín que puede ser contemplado con una simple
mirada resulta, de lejos, menos atractivo que uno que podamos dividir en
‘estancias’, individuales, con ‘puntos de tensión’ que capten la atención a su
paso. Un largo jardín estrecho es, en si mismo, triste y apagado; si se tiene
que pasar de un lado a otro a través de aberturas estrechas entre muros altos
de setos, piedras o entramados de plantas, se añadirá un aire de misterio
generando un suspense y una sensación de sorpresa que sentirá al pasar por ellas.
En este caso, tendremos inmediatamente frente a nosotros una composición que
crea expectación de cosas que pueden suceder, y cuanto más estrecha sea la
abertura por la que pase, y más altos y dominantes sean los ‘muros’, mayor
tensión se generará.
Otra forma de alcanzar este efecto es mediante un
camino a través de un túnel
o pérgola que tenga, como punto focal cualquier
elemento decorativo o un asiento al final del mismo. Su vista se verá atraída
hacia él, y hasta que no haya alcanzado el final y se haya vuelto hacia el otro
lado, no sentirá sorpresa y descarga de la tensión generada por la
incertidumbre de lo que puede encontrar al final.
Estos elementos se pueden combinar. Un sendero
sinuoso con sombras añade un aire de misterio a cualquier jardín. Si conduce a
una sólida puerta en un ‘muro’ alto, se añade tensión y sorpresa. Una vista
parcial del jardín, interrumpida por una ‘puerta lunar’ circular o una abertura
de un muro o seto, que le proporcione un asomo de lo que hay detrás, le dará
una sensación de misterio y anticipación.
Si su jardín es grande y tiene alguna zona elevada
que oculte la vista más allá, las posibilidades son obvias. Un camino que trepe
el desnivel, con pasos rectos o con un sendero tortuoso, permitirá que la vista
estalle al alcanzar la cima. Si tiene la ventaja de tener una zona boscosa, a
menudo puede crear aperturas en ella para vislumbrar el paisaje distante, como
si dispusiera de unos prismáticos, o el jardín más próximo, como bocado de lo
que vendrá más tarde. En efecto, esto le despertará la curiosidad,
incrementando la tensión y conduciéndole a una sorpresa.
Incluso en el jardín más pequeño puede conseguir los
mismos efectos. Un espacio estrecho puede proporcionarnos asombro a una escala
más pequeña: un patio de ciudad con macizos elevados a cada lado o la
existencia de un margen sobresaliente, en un jardín modesto, nos dará una
sensación de misterio y sorpresa.
De forma opuesta, un jardín ‘suave’ carece de estos
elementos. Todos hemos
contemplado el jardín cuadrangular ‘muerto’ con su
césped rectangular y sus márgenes, la parcela para perros que no resulta
atractiva; el gran jardín de campo sin nada que interrumpa la línea visual, ni
nada secreto que ocultar.
Podría argumentarse que la idea de todo diseño de
jardines es cumplir estos tres criterios; que los principios del diseño son
simplemente aquello que nos permite formar una composición con un interés
inherente al colocar puntos de tensión de forma efectiva, crear una sensación
de incertidumbre y proporcionar en consecuencia un elemento de sorpresa.
Fuente: Enciclopedia del
Jardín
David
Stevens – Ursula Buchan
Editorial
Blume
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