ARTE Y JARDINERÍA DISEÑO DE JARDINES
Cómo aprender a identificar y tratar los problemas de las plantas
Hasta el jardinero más experto puede sufrir
problemas causados por enfermedades y trastornos de las plantas, por estragos
ocasionados por plagas y por plantas ahogadas por malezas. Siguiendo todos los
principios del buen cultivo debería ser posible mantener estos problemas al
mínimo. Sin embargo, en algunos casos graves, ocasionalmente resultará
necesario diagnosticar un problema y después decidir qué acción es la correcta
para resolver la situación.
Los tratamientos disponibles actualmente comprenden
una diversidad de métodos orgánicos y biológicos, además del uso de productos
químicos. Un buen manejo del jardín depende del aprendizaje de cómo evitar que
estos problemas se den y, si esto fallara, reconocerlos en una etapa temprana,
cuando se los puede tratar con mayor facilidad.
Plagas,
enfermedades y desórdenes fisiológicos
La mayor parte de los síntomas de los problemas de
las plantas son fáciles de observar. Un árbol, arbusto o planta puede no
producir hojas ni florecer en absoluto. Los insectos – que pueden ser la causa
de la mala salud de la planta – podrían verse en partes o en la totalidad. A
veces, una infestación o enfermedad de las raíces se nota primero por síntomas
en las hojas. Este articulo aporta información detallada acerca de cómo
prevenir y controlar las plagas, enfermedades y trastornos fisiológicos que
pueden causar dichos problemas.
¿Qué es
una plaga?
Las plagas son animales que causan daños a plantas
cultivadas. Algunas, como
las de babosas, caracoles y conejos, son bien conocidas; pero la mayoría son invertebrados pequeños, como ácaros, anguílulas, cochinillas y milpiés, que son plagas de plantas menos evidentes. El mayor grupo en esta categoría es el de los insectos. Las plagas pueden dañar o destruir cualquier parte de la planta y, en algunos casos, la planta entera. Se alimentan de varias maneras: chupando savia, minando hojas, desfoliando u horadando tallos, raíces o frutos. A veces ocasionan desarrollos anormales, conocidos por agallas. Algunas plagas dañan las plantas de manera indirecta, extendiendo enfermedades víricas o fungales, mientras que otras las recubren con un excremento azucarado que estimula el desarrollo de mohos tiznados.
las de babosas, caracoles y conejos, son bien conocidas; pero la mayoría son invertebrados pequeños, como ácaros, anguílulas, cochinillas y milpiés, que son plagas de plantas menos evidentes. El mayor grupo en esta categoría es el de los insectos. Las plagas pueden dañar o destruir cualquier parte de la planta y, en algunos casos, la planta entera. Se alimentan de varias maneras: chupando savia, minando hojas, desfoliando u horadando tallos, raíces o frutos. A veces ocasionan desarrollos anormales, conocidos por agallas. Algunas plagas dañan las plantas de manera indirecta, extendiendo enfermedades víricas o fungales, mientras que otras las recubren con un excremento azucarado que estimula el desarrollo de mohos tiznados.
¿Qué es
una enfermedad?
Cualquier condición patológica ocasionada por otros
organismos, como virus, bacterias u hongos. Las fúngicas son las más comunes,
las bacterias
relativamente raras. Los síntomas varían en cuanto a su apariencia y gravedad, pero el desarrollo y la salud de la planta casi siempre se ven afectadas y, en ataques severos, incluso puede morir. La velocidad de la infección depende del clima y las condiciones de desarrollo. En algunos casos, el organismo causante de enfermedades (patógeno) se difunde por un portador, como un pulgón. El patógeno a veces es visible bajo la forma de una decoloración, como en el caso de las royas. Los síntomas como decoloración, distorsión o marchitamiento son señales típicas de infestación.
relativamente raras. Los síntomas varían en cuanto a su apariencia y gravedad, pero el desarrollo y la salud de la planta casi siempre se ven afectadas y, en ataques severos, incluso puede morir. La velocidad de la infección depende del clima y las condiciones de desarrollo. En algunos casos, el organismo causante de enfermedades (patógeno) se difunde por un portador, como un pulgón. El patógeno a veces es visible bajo la forma de una decoloración, como en el caso de las royas. Los síntomas como decoloración, distorsión o marchitamiento son señales típicas de infestación.
¿Qué es
un trastorno?
Los trastornos están causados por deficiencias de
nutrición o por condiciones de almacenamiento o desarrollo inadecuadas. Una
temperatura, una alimentación o riego inadecuados o caprichosos, poca luz o
condiciones atmosféricas insatisfactorias pueden llevar a trastornos
fisiológicos. También pueden causar problemas las deficiencias en sales
minerales, esenciales para el
buen desarrollo. Tanto el tiempo como las condiciones de cultivo o del suelo pueden afectar una gama de plantas. Los problemas se aprecian a través de síntomas como la decoloración de las hojas o el marchitamiento de los tallos. Una planta que carece de agua, alimento o las condiciones ambientales adecuadas parecerá enferma y estará mucho menos capacitada para resistir ataques de plagas o enfermedades fúngicas, víricas o bacterianas. A menos que los problemas se diagnostiquen y traten correctamente, las plantas afectadas podrían morir.
buen desarrollo. Tanto el tiempo como las condiciones de cultivo o del suelo pueden afectar una gama de plantas. Los problemas se aprecian a través de síntomas como la decoloración de las hojas o el marchitamiento de los tallos. Una planta que carece de agua, alimento o las condiciones ambientales adecuadas parecerá enferma y estará mucho menos capacitada para resistir ataques de plagas o enfermedades fúngicas, víricas o bacterianas. A menos que los problemas se diagnostiquen y traten correctamente, las plantas afectadas podrían morir.
Prevención de problemas
Siempre compre plantas fuertes y vigorosas de
aspecto sano. No compre las que muestran indicios de muerte desde los extremos
o tallos descoloridos, que tengan hojas de un color anormal para la época del
año o que estén marchitas o deformadas. No compre las que muestren señales
claras de infestación por plagas o enfermedades. Examine el cepellón de los
árboles y arbustos cultivados en contenedores: no compre si tuvieran las raíces
apiñadas o poco desarrolladas.
Controle que la planta sea adecuada a su ubicación
final, teniendo en cuenta el tipo, textura y pH del suelo, el aspecto del
emplazamiento y si es resistente a las heladas. Plante con cuidado, asegurando
que el suelo esté bien preparado y que las raíces estén correctamente
extendidas. Cada tipo de planta tiene necesidades de riego, alimentación y,
donde haga falta, podado. Si una planta estuviera muy enferma o atacada por
plagas, sería imposible revivirla; debe retirarla, especialmente si el problema
pudiera extenderse a otras cercanas. Si no prospera, intente descubrir la causa
y trate de vencer el problema.
Control orgánico
Éste utiliza métodos
naturales para ayudar a que las plantas se recobren y resistan a las plagas y
enfermedades. Dichos métodos han jugado su papel en los jardines durante mucho
tiempo, pero en años recientes han despertado mucho interés.
Tratamientos orgánicos y trampas
Algunos preparados
químicos tienen un origen natural: por ejemplo el piretro se origina de la
margarita de piretro. Otros tratamientos orgánicos son el polvo de rotenona, el
jabón suave y el polvo de azufre. Estos pueden obtenerse en polvo o como rocíos
líquidos; su uso es seguro y los daños por el rociado no son un problema. Pero
son de corta duración y sólo actúan en contacto con la plaga o la enfermedad,
por lo que requieren aplicaciones regulares y concienzudas. Las trampas
orgánicas son de fácil construcción. Las tijeretas pueden atraparse con tiestos
invertidos y las larvas del escarabajo de resorte con patatas o zanahorias
viejas clavadas en un palo y enterradas. En los invernaderos, las moscas
blancas (que son atraídas por el color amarillo) pueden atraparse con una
tarjeta amarilla engrasada. Examine dichas trampas regularmente y deshágase de
las plagas.
Plantado de acompañamiento
Ciertas plantas
acompañantes, cultivadas junto a un cultivo, pueden ayudar a
reducir el ataque de plagas y enfermedades. Algunas hierbas de olor fuerte, como la hierbabuena o el ajo, pueden repeler plagas atraídas a las plantas por su olor, alejándolas de las plantas cercanas. Un plantado deliberado de plantas huésped puede alejar plagas de otras plantas o atraer predadores que coman tales plagas: como los mastuerzos (Tropaeolum) son susceptibles a los pulgones, plante claveles de la China (Tagetes patula) cerca, ya que éstas atraen hoverflies, que se alimentan de pulgones.
reducir el ataque de plagas y enfermedades. Algunas hierbas de olor fuerte, como la hierbabuena o el ajo, pueden repeler plagas atraídas a las plantas por su olor, alejándolas de las plantas cercanas. Un plantado deliberado de plantas huésped puede alejar plagas de otras plantas o atraer predadores que coman tales plagas: como los mastuerzos (Tropaeolum) son susceptibles a los pulgones, plante claveles de la China (Tagetes patula) cerca, ya que éstas atraen hoverflies, que se alimentan de pulgones.
Plantas resistentes
Algunas plantas son
resistentes al ataque de plagas y enfermedades. Los cultivadores han podido
aprovecharlo y han producido cultivares con una resistencia frente a algunas
plagas y enfermedades más alta que el promedio. Las plantas cultivadas
resistentes comprenden algunas lechugas cabeza de mantequilla, raramente
afectadas por el pulgón de la raíz de lechuga. Las plantas resistentes a las
enfermedades incluyen algunos cultivares de tomates,
resistentes al moho de las hojas de tomate y la rosa trepadora ‘Maigold’, que muestra cierta resistencia a enfermedades como el moho polvoso, royas y la mancha negra.
resistentes al moho de las hojas de tomate y la rosa trepadora ‘Maigold’, que muestra cierta resistencia a enfermedades como el moho polvoso, royas y la mancha negra.
En algunos casos, la
resistencia parece total, pero aún una planta resistente puede sucumbir a una
enfermedad dada si sus condiciones de desarrollo son pobres, o si otros
factores, como el clima, la debilitan. Antes de comprar, controle si existen
cultivares resistentes a plagas y enfermedades disponibles con facilidad. La
disponibilidad de plantas resistentes varía de año en año, así que examine
catálogos cada año para obtener esta información.
Higiene del jardín
Una de las maneras más
efectivas de controlar las plagas y enfermedades es la buena higiene del
jardín. Elija plantas vigorosas y asegure que tengan las condiciones óptimas de
cultivo para un desarrollo eficaz. Examine las plantas para identificar un
problema nuevo lo antes posible, ya que una infestación bien establecida es
mucho más difícil de erradicar que una identificada y tratada de inmediato.
La eliminación de
partes enfermas y algunas plagas, como las orugas blancas de la col,
ciertamente ayudará a controlar infecciones cualquier resto de plantas enfermas
o infestadas (o cualquier material sospechoso de lo mismo) debe quemarse; de
otro modo, la plaga o el patógeno podrían sobrevivir, invernar y volver a
infestar en primavera. La basura del jardín debe destruirse o, donde se pueda,
convertirse en compost.
Rotación de los cultivos
La rotación de
cultivos de vegetales cada 3 o 4 años ayudará a prevenir que las
plagas y enfermedades portadas por el suelo se establezcan y aumenten hasta un nivel peligroso. Aunque en el caso de las hortalizas se utilice una planificación de rotación estricta, vale la pena rotar anuales y bulbos en los casos posibles, pues reduce el incremento de enfermedades como la de las violetas y el abrasado de tulipanes.
plagas y enfermedades portadas por el suelo se establezcan y aumenten hasta un nivel peligroso. Aunque en el caso de las hortalizas se utilice una planificación de rotación estricta, vale la pena rotar anuales y bulbos en los casos posibles, pues reduce el incremento de enfermedades como la de las violetas y el abrasado de tulipanes.
Si cultiva un tipo de
planta en el mismo suelo durante unos años también puede tener problemas. Si
aparece una enfermedad como la de las violetas, retire las plantas y cultive
otras no relacionadas botánicamente que no sean susceptibles en el
emplazamiento.
Control biológico
Esta expresión
describe la restricción del daño causado por plagas introduciendo enemigos
naturales deliberadamente, como predadores, parásitos y enfermedades. En el
interior del invernadero, donde las plagas pueden desarrollar una inmunidad a
los químicos, a menudo es la única manera eficaz de controlarlas.
Este control biológico
es menos practicable en las condiciones relativamente poco controladas del
jardín, especialmente si usa pesticidas, ya que podrían matar los controles
además de las plagas. No todas las plagas y enfermedades pueden controlarse con
eficacia por controles biológicos adecuados; dado que efectúan más trabajos
sobre la ecología de insectos y enfermedades, se podrán introducir mayores
controles.
Controles de invernadero
Se pueden obtener
controles biológicos para emplear en el invernadero de
proveedores especializados. Introduzca el control antes de que las plantas estén muy infestadas, ya que puede tardar varias semanas antes de ser efectivo.
proveedores especializados. Introduzca el control antes de que las plantas estén muy infestadas, ya que puede tardar varias semanas antes de ser efectivo.
La mayoría de
predadores y parásitos requieren temperaturas diurnas de 21º y una buena
intensidad lumínica, con el fin de criar más rápidamente que las plagas.
Restrinja el uso de pesticidas, ya que la mayoría es dañina para los controles
biológicos; las excepciones son el pirimicarbonato contra pulgones y los
jabones insecticidas, que controlan una gran gama de pequeños insectos y
ácaros. Algunas de las plagas más problemáticas, como los ácaros araña roja,
las moscas blancas y las larvas de gorgojos de viña, han desarrollado un grado
de inmunidad tan alto a los pesticidas usados contra ellos que el control
biológico es en la actualidad el único tratamiento eficaz disponible.
Animales de jardín benéficos
No todos los insectos
y otras criaturas del jardín son dañinos. Muchos no sólo son útiles para la
planta sino que resultan esenciales para su supervivencia; muchos frutos,
hortalizas y flores dependen de la polinización a través de insectos, como las
abejas de miel, para llevar el polen de una flor a otra, permitiendo la
fertilización. En otros casos, algunas especies de predadores naturales pueden
ayudar a controlar ciertos tipos de plaga y, por lo tanto, hay que estimular su
visita al jardín. Los erizos, las musarañas, las ranas y los sapos se alimentan
de muchas plagas que habitan en el suelo. Los pájaros ocasionan ciertos daños
en el jardín pero esta desventaja está ampliamente
compensada por la cantidad de plagas de insectos que devoran. Algunos invertebrados, como los ciempiés, rapiñan plagas habitantes del suelo. Es posible diferenciar los ciempiés de los milpiés (que a menudo son dañinos) por el número de patas que lleva cada segmento de sus cuerpos: los ciempiés sólo tienen un par por segmento, mientras que los milpiés tienen dos pares.
compensada por la cantidad de plagas de insectos que devoran. Algunos invertebrados, como los ciempiés, rapiñan plagas habitantes del suelo. Es posible diferenciar los ciempiés de los milpiés (que a menudo son dañinos) por el número de patas que lleva cada segmento de sus cuerpos: los ciempiés sólo tienen un par por segmento, mientras que los milpiés tienen dos pares.
Las arañas también son
aliados útiles, ya que sus telas atrapan a innumerables insectos. Pero algunos
insectos son valiosísimos. Las mariquitas son un ejemplar conocido en muchos
países y tanto las larvas como las adultas se alimentan de plagas como los
pulgones. Las hormigas y las avispas, cuyas actividades dañan algunas plantas,
pueden ayudar al jardinero devorando otras plagas de insectos.
Control químico
Esta es la expresión
utilizada para describir la acción de destruir las plagas y enfermedades por
medio de la aplicación de compuestos sintéticos a las plantas o suelos. Aunque
actualmente el énfasis acerca del control orgánico está en aumento, el uso
responsable y frugal de químicos sigue jugando un papel valioso en el control
de las plagas y enfermedades. Una combinación sensata de los aspectos más adecuados
de ambos métodos a veces proporciona la mejor solución a estos problemas
difíciles y recurrentes.
Pesticidas y fungicidas
La mayoría de los
primeros (que se emplean para matar insectos, ácaros y otras plagas) y los
segundos (que se emplean para controlar las enfermedades fúngicas) por bien
funcionan por contacto o son sintémicos.
Los de contacto matan
la plaga al arrastrarse sobre una superficie tratada o
cuando el producto los alcanza de lleno (al rociarlos). Los fungicidas de contacto matan las esporas fúngicas que germinan y evitan una infección ulterior, pero tienen poco efecto sobre los desarrollos fungales establecidos.
cuando el producto los alcanza de lleno (al rociarlos). Los fungicidas de contacto matan las esporas fúngicas que germinan y evitan una infección ulterior, pero tienen poco efecto sobre los desarrollos fungales establecidos.
Los químicos
sistémicos son absorbidos por los tejidos de la planta y luego el flujo de
savia los transporta a toda la planta. Los fungicidas de este tipo, como el benomyl, el metiltiofanato y el carbendazim matan los hongos dentro de
los tejidos de la planta. Los pesticidas sistémicos, como dimethoate y heptenophos
se usan sobre todo para las plagas que chupan savia, y resultan menos útiles,
salvo que estén mezclados con uno de contacto, contra plagas que tienen bocas
masticadoras, como las orugas, escarabajos y tijeretas. Un rociado concienzudo
de las plantas afectadas, especialmente la parte inferior de las hojas, resulta
esencial para todos los pesticidas, especialmente con las plagas de invernadero
persistentes, como la mosca blanca y los ácaros araña roja.
Los hongos tratados
frecuentemente con fungicidas sistémicos también pueden desarrollar cepas
resistentes. A veces se puede vencer este problema utilizando mezclas
diferentes, pero en el caso de las plagas de invernadero el uso del control
biológico ( en la medida de lo posible) es a menudo una alternativa mejor.
Formulación de preparados químicos
El ingrediente activo
de un preparado químico mata el organismo, y su
fórmula determina su eficacia y uso. Los pesticidas y fungicidas están disponibles como líquidos concentrados, pulverizados y polvos (a los que se puede incorporar un humectante para asegurar la penetración del ingrediente activo), humos, cebos y líquidos diluidos listos para usar. Actualmente, éstos están formulados para asegurar su eficacia y seguridad óptimas, tanto para los jardineros como para el medio ambiente, y no se expenden los dañinos.
fórmula determina su eficacia y uso. Los pesticidas y fungicidas están disponibles como líquidos concentrados, pulverizados y polvos (a los que se puede incorporar un humectante para asegurar la penetración del ingrediente activo), humos, cebos y líquidos diluidos listos para usar. Actualmente, éstos están formulados para asegurar su eficacia y seguridad óptimas, tanto para los jardineros como para el medio ambiente, y no se expenden los dañinos.
Fitotoxicidad
Algunas plantas
tienden a sufrir reacciones adversas a fungicidas e insecticidas. Esto se
conoce por fitotoxicidad. Frecuentemente, las instrucciones del fabricante
enumeran las especies que no deben ser tratadas. Pero esas listas no pueden ser
completas, ya que la reacción de plantas ornamentales a ciertos productos
químicos es aún desconocida. Si duda si cierto producto es adecuado, primero
pruebe el fungicida o el insecticida en una zona pequeña de la planta, para
medir la reacción probable, antes de tratarla por completo. O, si cultiva
varias plantas del mismo tipo, pruebe con una sola.
Otros factores, incluyendo la etapa de desarrollo y las condiciones medioambientales en las que
la planta se encuentra, también podrían aumentar
la posibilidad de los daños por el producto utilizado.
la posibilidad de los daños por el producto utilizado.
Los plantones,
esquejes y pétalos de flores son mucho más sensibles que el follaje maduro o
variaciones en las condiciones de desarrollo u, por lo tanto, podrían verse
negativamente afectados por el tratamiento. De manera similar, las plantas que
padecen algún estrés nunca deben tratarse con productos químicos.
Para evitar efectos
secundarios en plantas adultas, nunca rocíe a pleno sol o cuando el área que
rodea las raíces esté muy seca, o si han sido expuestas a temperaturas muy
altas o muy bajas.
Fuente: Enciclopedia de Jardinería
The Royal Horticultural Society
Editorial: Grijalbo
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