ARTE Y JARDINERÍA DISEÑO DE JARDINES
Palmera azul, sus características
La palmera azul se reconoce de inmediato gracias a dos características morfológicas principales: el color de las hojas, que es gris azulado, y el tamaño de las inflorescencias, que es muy espectacular.
Los frondes son grandes, gruesos, coriáceos y casi costapalmados. Están recubiertos de una fina capa de cera blanquecina que les confiere una coloración grisácea y los protege de los rayos solares demasiado intensos. Sin un mantenimiento especial, las antiguas hojas secas no se desprenden automáticamente del tronco y forman poco a poco una verdadera enagua a lo largo del estípite.
Aunque estamos acostumbrados a ver tan sólo Brahea armata
cultivados con las hojas grises, hay que señalar que en la naturaleza algunos ejemplares tienen las hojas verdes. Los peciolos están muy dentados y recubiertos con pequeñas escamas de color leonado, bien visibles en los ejemplares jóvenes.
cultivados con las hojas grises, hay que señalar que en la naturaleza algunos ejemplares tienen las hojas verdes. Los peciolos están muy dentados y recubiertos con pequeñas escamas de color leonado, bien visibles en los ejemplares jóvenes.
Las inflorescencias, que aparecen en verano, tienen un aspecto muy plumoso. Son muy largas (hasta 6 m) y, por consiguiente, emergen en gran medida de la corona foliar antes de volver a caer con elegancia hacia el suelo. Estas grandes inflorescencias contribuyen en gran parte al interés estético que tiene esta palmera y por consiguiente sólo deben podarse una vez marchitas.
¿De donde viene?
Esta palmera es oriunda de las zonas subtropicales áridas del "lejano oeste" mexicano. Vive en los valles semiáridos de Baja California y del noroeste de México, sobre suelos pedregosos y secos, rara vez irrigados. Los veranos son tórridos y largos y los inviernos cortos y frescos. En el interior de las tierras pueden darse heladas en invierno, así como nevadas.
¿Cómo se cultiva?
Brahea armata es, sin duda, una de las palmeras predilectas para las zonas mediterráneas, ya que prospera con clima seco, muy soleado y preferentemente sobre suelos calcáreos. En su medio ambiente natural abundan los cactus y las yucas, lo que da una idea de las condiciones climáticas a las que se ha adaptado. Aun así, el riego es beneficioso para el crecimiento, sobre todo en verano, y debe realizarse al pie de la planta, sin rociar las hojas. Con un clima húmedo, la coloración de los frondes es menos azulada porque las lluvias acaban llevándose la capa cerosa que los cubre.
¡Cuidado!, un suelo mal drenado puede ser fatal para la palmera azul, ya que sus raíces no toleran las aguas estancadas. Otro rasgo de interés de esta palmera es la resistencia al viento de sus frondes, característica a menudo, apreciable en zonas mediterráneas.
Pero la principal cualidad de esta especie es simplemente su gran
resistencia frente a las heladas y en especial con un clima seco. Con climas de tipo mediterráneo, varios especímines adultos han sido capaces de soportar heladas de -12ºC, mostrando apenas daños de escasa importancia en las hojas. Las plantas jóvenes son, en cambio, más sensibles al frío.
resistencia frente a las heladas y en especial con un clima seco. Con climas de tipo mediterráneo, varios especímines adultos han sido capaces de soportar heladas de -12ºC, mostrando apenas daños de escasa importancia en las hojas. Las plantas jóvenes son, en cambio, más sensibles al frío.
En los jardines botánicos de Málaga, Valencia, Barcelona y Blanes (Girona) existen magníficos ejemplares de esta especie que, pese a ser bastante frecuente en los jardines y zonas verdes de la costa mediterránea y canaria, no puede compararse en número a las Phoenix y Washingtonia, más económicas y de crecimiento más rápido. El ejemplar del Jardín Botánico-Histórico de la Concepción (Málaga), en concreto, tiene más de 80 años.
En la costa atlántica y en todo el sudoeste de Francia -y probablemente en las costas gallegas y cantábricas-, numerosos aficionados han aclimatado con éxito esta especie, pero las plantas son todavía jóvenes. La palmera azul es adaptable a las zonas tropicales y subtropicales, a menos que el clima sea demasiado húmedo o el suelo excesivamente arenoso. Esta palmera suele crecer muy mal en el sur de Florida.
Pese a sus numerosas cualidades, el crecimiento de esta Brahea suele ser lento si las condiciones de cultivo no son las óptimas. Pero esta limitación no debe de ser de ningún modo un estorbo para los aficionados, ya que incluso en su estadio juvenil, el insólito color de sus frondes hacen de esta palmera una planta muy decorativa.
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