Arte y Jardinería Diseño de Jardines
Plantas perennes para grietas en los muros
y huecos en el pavimento
Muchas de las plantas perennes que gustan de suelos permeables crecen de forma espontánea en las grietas de las rocas y, por lo tanto, se sienten a sus anchas en los muros y el pavimento del jardín.
Los muros expuestos al sol absorben mucho calor, lo que potencia la floración: las plantas trepadoras en flor se ven preciosas colgando de un muro. Algunas plantas prefieren el frío y la discreta humedad que caracteriza a los muros que permanecen a la sombra.
Arabis caucasica
Se trata de una de las perennifolias que mejor crecen en los mjuros. En primavera y a principios del verano, las matas de suaves hojas se llenan de ramilletes de flores rosas.
Aubrieta "Joy"
Esta perenne pertenece a un género que resulta ideal para rocas y muros. Esta variedad es perennifolia y, durante la primavera, produce flores de color malva claro.
Esta perenne de porte rastrero resulta una cobertora ideal para lugares húmedos y fríos. A finales de la primavera y principios del verano, su extenso y fino follaje se ve salpicado de pequeñas flores.
Este género constituye, junto con Arabis y Aubrieta, la mejor elección para grietas en los muros. En primavera, una nube de flores de color amarillo intenso oculta el verde gris de su follaje perenne.
Campanula cochleariifolia
Esta encantadora perenne de porte rastrero forma mantos de pequeñas hojas redondeadas. En verano, multitud de encantadoras florecillas en forma de trompeta alegran el follaje.
A partir de finales de primavera y durante todo el verano, aparecen unas flores de un tono rosa intenso y nerviaciones más oscuras que cubren las rosetas de hojas estrechas y carnosas. Crece mejor en muros.
Corydalis ochroleuca
A finales de primavera y principios del verano, los tallos suculentos de esta planta, amante de las grietas, se llenan de flores tubulares que destacan entre las hojas perennes parecidas a las de los helechos.
Dryas octopetala
Las pequeñas hojas forman mantos. Las flores blancas, parecidas a las de las anémonas, aparecen desde finales de la primavera hasta principos del verano. A continuación, surgen hermosas vainas.
Erinus alpinus
Crece perfectamente en los muros. Sus hojas forman densas matas que, a finales de la primavera y en verano, se cubren de espigas de delicadas flores púrpuras, rosas o blancas. Puede regenerarse por sí misma.
Fuente: Qué planta en qué lugar. Roy Lancaster. Editorial Blume
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